Por Jeison Stiven Molina
Señoras, señores, gente del
futbol y en general, todos de pie ante una sinfonía futbolística llamada
España, que hoy nos ha regalado la mejor sonata a lo largo de esta Eurocopa.
El seleccionado español hoy fue
la del 2008 en Suiza y Austria, cuando se coronó por primera vez campeón de
Europa, brilló, fue fulgurante, reluciente, obnubiló con su juego, interpretó
melodía a través del balón con muchos conceptos tácticos y estratégicos, todo
elevado a su máxima expresión; toque, desmarque, juego de primera intención,
cambios de frente, apertura de cancha, rotación, presión en zona para recuperar
la bola, superioridad numérica, cambio de ritmo y zona con persecución; España
ha dejado un material de colección para entrenadores y estudiosos del futbol
dada la suficiencia, la técnica y los conceptos que manejan en ataque y
defensa.
La final de la Eurocopa fue un
buen partido para el hincha neutral, sobre todo por lo visto en el primer
tiempo, donde a pesar de los dos goles españoles hubo cierta paridad, dado que
después del primer gol Italia reacciona bien, apretando, ahogando y asfixiando
la salida del equipo español, obligando así a cometer muchos yerros en el traslado
del esférico; pero cuando parecía estar más cerca el empate italiano porque los
azurris se habían montado en el partido, llega el segundo tanto de los
dirigidos por Vicente Del Bosque, en una jugada que contó con veinticinco
toques previos a la ejecución de Jordi Alba.
En adelante para Italia todo fue
confusión, desesperación e infortunio; Pirlo, su eje futbolístico, no apareció,
Cassano en un nivel discreto, Balotelli se mostró solo y atropellado.
Ya con el cero dos en contra, el
técnico quiso darle un revulsivo al equipo con dos cambios ofensivos y otro más
para refrescar la mitad de la cancha y ahí aparece lo inesperado, la lesión de
Thiago Motta, que jugó solo tres minutos porque sufrió un desgarro en el cuádriceps
de la pierna derecha.
Italia con diez y dos goles en la
bolsa tuvo que afrontar así casi todo el segundo tiempo. España se dio un paseo
y nos recreó a todos con su juego esplendoroso que por ratos raya en el
irrespeto y la humillación. El resto del juego es una anécdota un cuatro a cero
que a mi gusto es demasiado castigo para una Italia que jugó bien pero que se
encontró con la mejor selección del mundo en un nivel muy alto.
La historia decía que España
jamás desde 1920 le había ganado a Italia en competencias oficiales, también
decía la historia que nunca un equipo había logrado Eurocopa, (2008) Mundial,
(2010) y Eurocopa (2012), que es lo que ha conseguido España, y además que
nunca una final de la Eurocopa se había definido por cuatro goles de diferencia.
Hoy España hizo historia y rompió
estadísticas. Habíamos dicho que llegaba mejor Italia pero que cuando Iniesta y
su banda se encendían cualquier cosa podía pasar y pasó España campeón con
picos muy altos en lo individual y lo colectivo.
buena esa !
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