martes, 3 de julio de 2012

¿DE QUIÉN ES LA VERDAD?


Por: Santiago Zambrano Simmonds

Innegable la contribución de los medios nacionales en denunciar la reforma a la justicia, lo triste de eso es que diferentes congresistas, editorialistas y el Polo Democrático en su conjunto habían advertido sobre la inconveniencia de dicha reforma. Sólo hubo indignación en la opinión cuando los medios nacionales denunciaron como si ellos fueran los únicos poseedores de la verdad, pero ¿por qué no lo habían denunciado antes? La realidad es que en muchos casos actúan bajo sus propios intereses manipulando una opinión que no lee, es volátil y visceral.

Lo que hubo fue morbo contra unos, muy pocos, congresistas porque si es de fustigar, es a todos los que aprobaron la reforma pues son igualmente culpables, basta leer lo que salió del Senado y Cámara. Y aún más irrespetuosa es justificarse diciendo que le creyeron al Gobierno y por eso no la leyeron, porque eventualmente este asunto podría ser justificable en un funcionario del ejecutivo que no alcanza a leer todos los documentos por atender el día a día, pero a un congresista que por lo único que se le paga es por hacer las leyes y que éstas no sean ni siquiera leídas, es absurdo e inmoral y más tratándose de una reforma constitucional.

Pero ¿Quién es el poseedor de la verdad? ¿Sólo la gran prensa y el nivel central?, ¿Será que el Cauca no puede visibilizar positivamente sus propias verdades? Recuerdo por ejemplo con tristeza en el año 2009, nuestra lucha contra la privatización de la energía, de lo desigual que era para los caucanos y de los malos manejos de los Superservicios, llamé ante el silencio de nuestros congresistas, a los grandes medios de opinión para presentar la denuncia que afectaba a más de un millón de personas y la lacónica respuesta fue: “hubo violencia?, ¿vías de hecho?”, respondí que no, entonces me dijeron: “trate de encadenarlo a un tema nacional ”, a la semana siguiente me di cuenta que la noticia “bomba” no era lo que ocurría en el Cauca, sino las zonas francas de los hijos del presidente.

¿Acaso no es grave por ejemplo visibilizar el problema de las tierras y  de cómo la constitución del 91 al incluir la discriminación positiva a favor de las negritudes e indígenas ha contribuido a enrarecer el ambiente en el Cauca a costa del campesino mestizo que quedó en total indefensión? o ¿No es relevante la forma y modo como se prestan los servicios públicos en el Cauca y de cómo se le despojó al Cauca de su mejor herramienta de progreso: La Energía?, estos y muchos más son todos asuntos pendientes del departamento que deben ser visibilizados pero mientras que no haya una real aprehensión de la caucanidad; una opinión nacida en el Cauca, positiva, severa y racional, y una prensa local independiente, nunca podremos resolver nuestros problemas y continuaremos así porque al fin de cuentas el nivel central no cree que aquí se produzcan verdades y manipulan nuestra opinión a su antojo.

Esa opinión debe salir del estudio y sobre todo de aceptar las diferentes maneras de pensar. No debe continuar siendo producto de esa tenebrosa red dónde impera la sumisión, el insulto y la complicidad porque “No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla”, mientras tanto sólo resta rezar para que ocurra lo que dijo Bacon: “Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”.

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