sábado, 7 de julio de 2012

Miguel


Revientan sobre el mundo
los cascos de la guerra
cantando viene un hombre campesino
Miguel se llama
Hernández y poeta
fatiga los collados familiares
conversa con las cabras y los libros.
“fue de acero –murmuran-
fue de lumbre
no tuvo tiempo para hacerse viejo
murió de España
de balanza coja
de luto en el costado.”

II

Apenas despuntaba
cuando le cortó el paso
un muro impenetrable
de cabezas sin dueño
“Yo no puedo morirme
-se decía-
antes de que madure la manzana”
y de repente fue palideciendo
hasta volverse noche.

III

Van los ríos de España
como rojos espejos
la juventud se quiebra por el tallo
desmesuradas madres
huérfanas de los hijos
anegan la llanura.

IV

Hombres uniformados
matan y van a misa
caes y te levantas
te alargas
te recoges
lloran cuerdas moradas
cuerdas negras
tres años le bastaron
para cambiar de crines.

V

En graneros o minas no hallaremos
un anima telúrico
tan bien abastecido
ahora escribo su nombre
con letras de diamante
no diré la raíz doblada en primavera
sólo las sajaduras verticales
el derroche solar de la camisa.

VI

Estás entero
porque para serlo
no hacen falta la piel
ni los cabellos
sólo crecer hasta donde permite
la buena levadura
medir las torceduras
sin saltarse el camino
amar la vida
caminar de frente.

Gloria Cepeda Vargas

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