A nuestro
Padre Ricardo León González Vidal,
en su funeral.
Santander de Quilichao Junio 18,
2012.
Gracias a
Dios reconocimos en vida el gran Padre y Abuelo que fuiste, el guía en nuestro camino y todo lo
bueno que nos diste. Hoy, en tu partida, agradecemos a Dios el privilegio de
que fueras tú quien nos diera la vida.
Gracias Papá
porque junto a Mamá nos diste amor desde antes de nacer, por tu ternura, por
ponerle alas de gorrión a nuestras pilatunas y porque nos diste tu vida hecha
fortuna. Gracias por nuestra infancia feliz, con juguetes y sin hambre, por tu
dedicación de maestro y tu responsabilidad de Padre. Porque disfrutaste nuestra
niñez y viajaste con la lluvia en nuestros barquitos de papel cuando en días de
invierno navegaban por los ríos de las calles del pueblo. Porque nos
acompañaste a elevar cometas a la Loma de Belén, porque amaste nuestras vidas y
a nuestro Santander. Gracias, porque sonreías tierno cuando en días de lluvia
llegábamos del colegio con el uniforme empapado y mojados los cuadernos.
Gracias por llegar de viaje con tus manos llenas de duraznos y manzanas, por
nuestra niñez sana y por nuestro despertar feliz cada mañana. Gracias Papá por
los paseos al rio, por enseñamos a nadar, por los veranos en la montaña de San
Francisco, por las caminatas a San Pedro, a Munchique y a la Punta del Guavo
... gracias por compartir con nosotros sin sentirte cansado. Gracias Papá por
enseñarnos el amor por la naturaleza y el disfrute del campo, por regalamos tu
canto en tu voz de ruiseñor, por nuestra niñez hecha de azúcar y amor.
Gracias Papá
por nuestras navidades vividas en unión familiar, por el árbol de navidad, por
las novenas y la alegría de la noche buena. Gracias por tratamos como niños
cuando fuimos niños, por tus frases de cariño, por tu vida presente en nuestra
vida y por tus palabras llenas de enseñanzas y sabiduría.
Gracias Papá
por facilitamos la visión justa del mundo, por hacemos parte de tus sueños, por
nunca abandonamos, por defendemos del abismo y rescatamos del vacío cuando fue
preciso. Gracias por tu infinita prudencia, por tu equilibrio y tus actos
hechos a conciencia, por alegrarte con nuestros triunfos y compartir nuestras
tristezas, por creer en la esperanza y enseñamos su grandeza.
Gracias Papá
porque nunca nos maltrataste, porque no hubo espinas en tu lenguaje, porque tus
manos jamás se alzaron para lastimarnos ... gracias porque siempre nos
respetaste, porque nos formaste buenos ciudadanos, y con tu sabiduría y experiencia
sembraste en nosotros sentimientos de amor, solidaridad y noción de conciencia.
Gracias Papá por enseñamos desde el hogar a valorar la paz. Gracias Papá porque
en tiempos de tempestad nos guiaste para encontrar estrellas envés de
oscuridad.
Gracias por
tu vida de Padre sin ausencias, por tu amor, por tu paciencia, por el hogar
tranquilo que nos diste, por tu entereza de Padre ... gracias por haber hecho
feliz a nuestra Madre. Gracias Papá por educarnos, por perdonar los
sufrimientos que te causamos en nuestro proceso de formación y crecimiento.
Gracias por haber sido la brújula en nuestro viento, por habernos orientado por
el camino recto, por darnos tus años, tu acompañamiento, tu dedicación y tú tiempo.
Gracias por habernos levantado con tu trabajo impecable y honesto ... GRACIAS
PAPA POR LA HERENCIA MILLONARIA QUE NOS DEJASTE CON TU EJEMPLO.
Gracias por
la fortaleza de tus años, por tus ojos cansados y dulces, por tus enseñanzas
grabadas en nuestro corazón y siempre vivas en nuestra memoria, porque lo que
fue tu vida, será vida en nuestra historia.
Gracias Papá
por habernos educado como hermanos, por llevar las raíces del Samán sobre tus
manos, por tus cabellos canos, por el niño travieso que en los últimos años
vivió en tu pensamiento y nos miró por tus ojos vestidos de tiempo. Gracias
Papá por tus pasos cansados, por tu lenguaje callado que en la luz de tus
gestos se liberaba hacia el viento. Gracias por tu existencia, por tu hermosa presencia,
por tu grandeza de Padre, por tus días de vida, por tu risa indefensa y por tu
vejez convertida en estación de inocencia.
Finalmente
Padre, te despedimos con las palabras con las que despedimos a nuestra Madre:
El
Samán tu hermano
Que
en las tardes dulces
Compartió
tus rezos,
Te
acogió en sus brazos,
Arrullo
tu sueño
y
sembró de lirios
La
tierra de oro
Que
será tu lecho.
El
Samán tu hermano
Te
abrazó a lo lejos
Con
sus ramas fuertes
y
sus años viejos.
El
Samán tu hermano
Con
su sombra fresca
Te
acogió en su seno
En
esa hora mustia
Del
triste hasta luego.
Hasta
siempre Padre
Sol
de nuestro universo,
Vivirás
en nuestros
Sueños
grandes,
En
nuestros pasos justos
En
nuestro libre vuelo.
Hasta
luego Padre
Hasta
siempre sueña,
Nos
veremos luego.
Con amor
infinito, tus hijos:
María
Cecilia
Guillermo
Elia
Margarita
Ricardo
José
Cristóbal
Mauricio
Santander de
Quilichao Junio 18,2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario