domingo, 1 de julio de 2012

Despedida


A nuestro Padre Ricardo León González Vidal,
en su funeral.
Santander de Quilichao Junio 18, 2012.


Gracias a Dios reconocimos en vida el gran Padre y Abuelo que  fuiste, el guía en nuestro camino y todo lo bueno que nos diste. Hoy, en tu partida, agradecemos a Dios el privilegio de que fueras tú quien nos diera la vida.

Gracias Papá porque junto a Mamá nos diste amor desde antes de nacer, por tu ternura, por ponerle alas de gorrión a nuestras pilatunas y porque nos diste tu vida hecha fortuna. Gracias por nuestra infancia feliz, con juguetes y sin hambre, por tu dedicación de maestro y tu responsabilidad de Padre. Porque disfrutaste nuestra niñez y viajaste con la lluvia en nuestros barquitos de papel cuando en días de invierno navegaban por los ríos de las calles del pueblo. Porque nos acompañaste a elevar cometas a la Loma de Belén, porque amaste nuestras vidas y a nuestro Santander. Gracias, porque sonreías tierno cuando en días de lluvia llegábamos del colegio con el uniforme empapado y mojados los cuadernos. Gracias por llegar de viaje con tus manos llenas de duraznos y manzanas, por nuestra niñez sana y por nuestro despertar feliz cada mañana. Gracias Papá por los paseos al rio, por enseñamos a nadar, por los veranos en la montaña de San Francisco, por las caminatas a San Pedro, a Munchique y a la Punta del Guavo ... gracias por compartir con nosotros sin sentirte cansado. Gracias Papá por enseñarnos el amor por la naturaleza y el disfrute del campo, por regalamos tu canto en tu voz de ruiseñor, por nuestra niñez hecha de azúcar y amor.

Gracias Papá por nuestras navidades vividas en unión familiar, por el árbol de navidad, por las novenas y la alegría de la noche buena. Gracias por tratamos como niños cuando fuimos niños, por tus frases de cariño, por tu vida presente en nuestra vida y por tus palabras llenas de enseñanzas y sabiduría.

Gracias Papá por facilitamos la visión justa del mundo, por hacemos parte de tus sueños, por nunca abandonamos, por defendemos del abismo y rescatamos del vacío cuando fue preciso. Gracias por tu infinita prudencia, por tu equilibrio y tus actos hechos a conciencia, por alegrarte con nuestros triunfos y compartir nuestras tristezas, por creer en la esperanza y enseñamos su grandeza.

Gracias Papá porque nunca nos maltrataste, porque no hubo espinas en tu lenguaje, porque tus manos jamás se alzaron para lastimarnos ... gracias porque siempre nos respetaste, porque nos formaste buenos ciudadanos, y con tu sabiduría y experiencia sembraste en nosotros sentimientos de amor, solidaridad y noción de conciencia. Gracias Papá por enseñamos desde el hogar a valorar la paz. Gracias Papá porque en tiempos de tempestad nos guiaste para encontrar estrellas envés de oscuridad.

Gracias por tu vida de Padre sin ausencias, por tu amor, por tu paciencia, por el hogar tranquilo que nos diste, por tu entereza de Padre ... gracias por haber hecho feliz a nuestra Madre. Gracias Papá por educarnos, por perdonar los sufrimientos que te causamos en nuestro proceso de formación y crecimiento. Gracias por haber sido la brújula en nuestro viento, por habernos orientado por el camino recto, por darnos tus años, tu acompañamiento, tu dedicación y tú tiempo. Gracias por habernos levantado con tu trabajo impecable y honesto ... GRACIAS PAPA POR LA HERENCIA MILLONARIA QUE NOS DEJASTE CON TU EJEMPLO.

Gracias por la fortaleza de tus años, por tus ojos cansados y dulces, por tus enseñanzas grabadas en nuestro corazón y siempre vivas en nuestra memoria, porque lo que fue tu vida, será vida en nuestra historia.

Gracias Papá por habernos educado como hermanos, por llevar las raíces del Samán sobre tus manos, por tus cabellos canos, por el niño travieso que en los últimos años vivió en tu pensamiento y nos miró por tus ojos vestidos de tiempo. Gracias Papá por tus pasos cansados, por tu lenguaje callado que en la luz de tus gestos se liberaba hacia el viento. Gracias por tu existencia, por tu hermosa presencia, por tu grandeza de Padre, por tus días de vida, por tu risa indefensa y por tu vejez convertida en estación de inocencia.

Finalmente Padre, te despedimos con las palabras con las que despedimos a nuestra Madre:

El Samán tu hermano
Que en las tardes dulces
Compartió tus rezos,
Te acogió en sus brazos,
Arrullo tu sueño
y sembró de lirios
La tierra de oro
Que será tu lecho.

El Samán tu hermano
Te abrazó a lo lejos
Con sus ramas fuertes
y sus años viejos.

El Samán tu hermano
Con su sombra fresca
Te acogió en su seno
En esa hora mustia
Del triste hasta luego.

Hasta siempre Padre
Sol de nuestro universo,
Vivirás en nuestros
Sueños grandes,

En nuestros pasos justos
En nuestro libre vuelo.

Hasta luego Padre
Hasta siempre sueña,
Nos veremos luego.

Con amor infinito, tus hijos:
María Cecilia
Guillermo
Elia Margarita
Ricardo
José Cristóbal
Mauricio

Santander de Quilichao Junio 18,2012.

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