GRUPO DÚO SOLAR EN LA
SALA BEETHOVEN DE CALI
Doris Blandón y Paloma Palau en
la Sala Beethoven
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano
Con la llegada del segundo
semestre del año académico del Instituto departamental de Bellas Artes
iniciaron los conciertos los estudiantes más avanzados y egresados que están
presentando el fruto de su consagración y disciplina ante el público.
Cada semana en la Sala Beethoven,
en el programa Institucional Miércoles Beethoven 7:30, el Instituto ha entregado
la batuta de la organización y presentación a los estudiantes. Anoche se
presentaron dos jóvenes artistas, Paloma Palau, en la flauta traversa y Doris
Blandón, en la guitarra acústica. Estaban elegantes, de pantalón negro y blusa
verde decorada.
Lo decía el volante: las piezas
que interpretaban eran una propuesta nacida de la investigación, basada en la
experimentación de músicos como Piazzola, Jobim y Gustavo A. Rengifo. Han
participado en eventos y compartido aplausos con compositores y conjuntos de
renombre. Desde 2008 han logrado posicionarse mediante una interpretación
diferente, utilizando nuevas sonoridades que han arrancado de sus instrumentos.
A veces parecen estar tocando un tambor o una quena al tiempo que su guitarra o
su flauta.
No importa que interpreten los
pasillos, los bambucos de Uribe Bueno, Manuel J. Bernal, Mauricio Lozano o
Gentil Montaña o que se adentren en piezas más solemnes como las Suites de Luis
Carlos Figueroa, del argentino Máximo Diego Pujol o el antreacto de Jacques
Ibert.
La inspiración, el contacto
visual con el público, la elegancia en el vestir y el porte fino en el
escenario, por demás, hicieron más agradable el concierto. En el arte, todos
estos detalles aumentan el valor de una presentación. La figura espigada de
Paola, la forma de estar de pie ante el atril, las maneras sobrias de moverse,
la actitud seria de Doris, la pericia sobre las cuerdas fueron toques de alerta
sobre la presencia de artistas consagradas en su oficio.
La Sala no estaba llena. El
festín daba para sala a reventar. Tal vez falta más difusión. O que la ciudad
se decida a apoyar esta labor necesaria para ofrecer espacios de calidad y que
ennoblecen los ánimos y los cuerpos.
La Cultura, esas obras humanas
nacidas de la música de instrumentos de cuerda, de vientos, de percusión, que
cultivan el sonido y alegran el oído, tal vez no han sido muy valoradas. No se
oye mucha propaganda por emisoras ni por la TV ni la prensa las destaca, como
otras noticias.
La Cultura, - la música, la
pintura, la poesía, el amor por la escritura -, debiera ser un reglón
importante en la vida de la ciudad. Las puertas del teatro Municipal, del Jorge
Isaacs, de La tertulia, de los teatros La Máscara, las salas de Comfandi, de
Comfenalco y de las Universidades tienen una gran cantidad de ofertas, casi
todas gratis. Tantos niños, jóvenes y adultos quieren mostrar su talento sin el
aparato de realitis y sin la manipulación de los patrocinadores de multitud de
productos.
¿Cuándo veremos llena la Sala
Beethoven cada miércoles? Es un desperdicio ver más de tres cuartos de la sala
vacía y ver la finura de estas jóvenes que salen a escena después de una
carrera difícil y que supone tanta inversión y disciplina.
02-08-12
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