sábado, 4 de agosto de 2012



GRUPO DÚO SOLAR EN LA
SALA BEETHOVEN DE CALI

Doris Blandón y Paloma Palau en la Sala Beethoven

Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Locombiano

Con la llegada del segundo semestre del año académico del Instituto departamental de Bellas Artes iniciaron los conciertos los estudiantes más avanzados y egresados que están presentando el fruto de su consagración y disciplina ante el público.

Cada semana en la Sala Beethoven, en el programa Institucional Miércoles Beethoven 7:30, el Instituto ha entregado la batuta de la organización y presentación a los estudiantes. Anoche se presentaron dos jóvenes artistas, Paloma Palau, en la flauta traversa y Doris Blandón, en la guitarra acústica. Estaban elegantes, de pantalón negro y blusa verde decorada.

Lo decía el volante: las piezas que interpretaban eran una propuesta nacida de la investigación, basada en la experimentación de músicos como Piazzola, Jobim y Gustavo A. Rengifo. Han participado en eventos y compartido aplausos con compositores y conjuntos de renombre. Desde 2008 han logrado posicionarse mediante una interpretación diferente, utilizando nuevas sonoridades que han arrancado de sus instrumentos. A veces parecen estar tocando un tambor o una quena al tiempo que su guitarra o su flauta.

No importa que interpreten los pasillos, los bambucos de Uribe Bueno, Manuel J. Bernal, Mauricio Lozano o Gentil Montaña o que se adentren en piezas más solemnes como las Suites de Luis Carlos Figueroa, del argentino Máximo Diego Pujol o el antreacto de Jacques Ibert.

La inspiración, el contacto visual con el público, la elegancia en el vestir y el porte fino en el escenario, por demás, hicieron más agradable el concierto. En el arte, todos estos detalles aumentan el valor de una presentación. La figura espigada de Paola, la forma de estar de pie ante el atril, las maneras sobrias de moverse, la actitud seria de Doris, la pericia sobre las cuerdas fueron toques de alerta sobre la presencia de artistas consagradas en su oficio.   

La Sala no estaba llena. El festín daba para sala a reventar. Tal vez falta más difusión. O que la ciudad se decida a apoyar esta labor necesaria para ofrecer espacios de calidad y que ennoblecen los ánimos y los cuerpos.

La Cultura, esas obras humanas nacidas de la música de instrumentos de cuerda, de vientos, de percusión, que cultivan el sonido y alegran el oído, tal vez no han sido muy valoradas. No se oye mucha propaganda por emisoras ni por la TV ni la prensa las destaca, como otras noticias.

La Cultura, - la música, la pintura, la poesía, el amor por la escritura -, debiera ser un reglón importante en la vida de la ciudad. Las puertas del teatro Municipal, del Jorge Isaacs, de La tertulia, de los teatros La Máscara, las salas de Comfandi, de Comfenalco y de las Universidades tienen una gran cantidad de ofertas, casi todas gratis. Tantos niños, jóvenes y adultos quieren mostrar su talento sin el aparato de realitis y sin la manipulación de los patrocinadores de multitud de productos.

¿Cuándo veremos llena la Sala Beethoven cada miércoles? Es un desperdicio ver más de tres cuartos de la sala vacía y ver la finura de estas jóvenes que salen a escena después de una carrera difícil y que supone tanta inversión y disciplina.

02-08-12

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