CARLOS E. CAÑAR SARRIA
carlosecanar@hotmail.com
El presidente Santos ha
emprendido una gira nacional, una “vuelta a Colombia” -como él mismo ha
denominado- para exponer a las comunidades pormenores de su gestión de lo que
lleva de su gobierno que el próximo 7 de agosto cumplirá dos años. En esta
gira, el Presidente además de resaltar fortalezas como el mejoramiento de las
relaciones internacionales, su lucha contra la corrupción, avances en materia
de economía social, etc., ha reconocido también dificultades como es el caso de
la seguridad, aminorada por constantes brotes de violencia.
El mandatario con gestos de
sencillez, mesura, cordialidad; actitudes de confianza que lo aproximan a las
comunidades, en ocasiones con algunas chispas de buen humor, como cuando el
campesino que reclamó al gobierno inversión social para su pueblo, que si había
inversión, se cortaba las pelotas, si no salían adelante. Jocosamente el
Presidente le respondió que el pueblo saldría adelante sin necesidad de que el
campesino se cortara las pelotas para evitarle problemas con la mujer.
Desde el comienzo de su mandato
le caracterizó un estilo propio que lo diferenció sustancialmente de su
antecesor. Esto ha generado una serie de críticas y reparos del expresidente
Uribe y sus amigos, que pensaron equivocadamente que Uribe seguiría gobernando
en cuerpo ajeno.
Salido de las huestes del
liberalismo, a Santos le ha caracterizado un gobierno de corte liberal que no
ha sido bien aceptado por los viudos del poder. En los dos años, a Santos se le
puede abonar la Ley de Víctimas, las buenas relaciones con las altas Cortes, la
lucha contra la corrupción, la gratuidad educativa desde transición al grado
once, la abolición de una serie de trabas y trámites en la administración
pública, los subsidios semestrales a estudiantes universitarios de estratos
bajos para evitarles la deserción; ‘humanización’ del Icetex. Rescatar y
fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales con países que en el
gobierno anterior estuvieron resquebrajadas y una apertura comercial mediante
tratados de libre comercio.
La implementación de la política
pública de 100.000 viviendas para igual número de familias pobres, es una
solución que ha sido tildada de populista; que en la práctica, si bien es
cierto, no resuelve el déficit de vivienda en el país, remedia en parte la
situación de no pocas familias que el Estado les había negado el derecho a la
propiedad. Ante las críticas, Santos respondió que aproximar el Estado a los
pobres no puede ser tildado de populismo y si de ello se trata, bienvenido el populismo.
Hace pocos meses, empresas
encuestadoras dieron a conocer un significativo bajón de popularidad del
mandatario debido a las permanentes incursiones guerrilleras y el
debilitamiento de la seguridad. Se suman los hechos relacionados con el
atentado al exministro Fernando Londoño Hoyos y los acontecimientos de la
Reforma Política, que fue rechazada por los colombianos que la hicieron abortar.
El presidente Santos denunció los micos -orangutanes- que congresistas le
metieron a dicha reforma, al tiempo que alertó su inconveniencia y aceptó su
cuota de responsabilidad política. El pasado 20 de julio, Santos utilizó un lenguaje
conciliador al Congreso de la República.
No hay comentarios:
Publicar un comentario