domingo, 29 de julio de 2012

En la mitad del camino


CARLOS E. CAÑAR SARRIA
carlosecanar@hotmail.com

El presidente Santos ha emprendido una gira nacional, una “vuelta a Colombia” -como él mismo ha denominado- para exponer a las comunidades pormenores de su gestión de lo que lleva de su gobierno que el próximo 7 de agosto cumplirá dos años. En esta gira, el Presidente además de resaltar fortalezas como el mejoramiento de las relaciones internacionales, su lucha contra la corrupción, avances en materia de economía social, etc., ha reconocido también dificultades como es el caso de la seguridad, aminorada por constantes brotes de violencia.

El mandatario con gestos de sencillez, mesura, cordialidad; actitudes de confianza que lo aproximan a las comunidades, en ocasiones con algunas chispas de buen humor, como cuando el campesino que reclamó al gobierno inversión social para su pueblo, que si había inversión, se cortaba las pelotas, si no salían adelante. Jocosamente el Presidente le respondió que el pueblo saldría adelante sin necesidad de que el campesino se cortara las pelotas para evitarle problemas con la mujer.

Desde el comienzo de su mandato le caracterizó un estilo propio que lo diferenció sustancialmente de su antecesor. Esto ha generado una serie de críticas y reparos del expresidente Uribe y sus amigos, que pensaron equivocadamente que Uribe seguiría gobernando en cuerpo ajeno.

Salido de las huestes del liberalismo, a Santos le ha caracterizado un gobierno de corte liberal que no ha sido bien aceptado por los viudos del poder. En los dos años, a Santos se le puede abonar la Ley de Víctimas, las buenas relaciones con las altas Cortes, la lucha contra la corrupción, la gratuidad educativa desde transición al grado once, la abolición de una serie de trabas y trámites en la administración pública, los subsidios semestrales a estudiantes universitarios de estratos bajos para evitarles la deserción; ‘humanización’ del Icetex. Rescatar y fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales con países que en el gobierno anterior estuvieron resquebrajadas y una apertura comercial mediante tratados de libre comercio.

La implementación de la política pública de 100.000 viviendas para igual número de familias pobres, es una solución que ha sido tildada de populista; que en la práctica, si bien es cierto, no resuelve el déficit de vivienda en el país, remedia en parte la situación de no pocas familias que el Estado les había negado el derecho a la propiedad. Ante las críticas, Santos respondió que aproximar el Estado a los pobres no puede ser tildado de populismo y si de ello se trata, bienvenido el populismo.

Hace pocos meses, empresas encuestadoras dieron a conocer un significativo bajón de popularidad del mandatario debido a las permanentes incursiones guerrilleras y el debilitamiento de la seguridad. Se suman los hechos relacionados con el atentado al exministro Fernando Londoño Hoyos y los acontecimientos de la Reforma Política, que fue rechazada por los colombianos que la hicieron abortar. El presidente Santos denunció los micos -orangutanes- que congresistas le metieron a dicha reforma, al tiempo que alertó su inconveniencia y aceptó su cuota de responsabilidad política. El pasado 20 de julio, Santos utilizó un lenguaje conciliador al Congreso de la República.

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