lunes, 15 de octubre de 2012

¿Nobel de la Paz a la idiotez?


FABIO ARÉVALO ROSERO MD

Mordechai Vanunu ha renunciado a la posibilidad de recibir el premio Nobel de la Paz, al que ha sido nominado varias veces, mientras Israel no lo libere totalmente. Ha pasado confinado 18 años en prisión bajo severas condiciones y otros ocho en falsa libertad, controlado y limitado. El “pecado” de este ex ingeniero nuclear fue haber dado a conocer al mundo la secreta carrera atómica de Israel, que ponía en riesgo la paz universal. Denunció que ese país fabricaba armas nucleares y que había engañando hábilmente a una comisión de expertos estadounidenses que la inspeccionaron. Fueron burlados con paredes falsas y ascensores ocultos para que no se dieran cuenta de los seis pisos subterráneos. Israel había puesto en marcha un programa para construir un arsenal de armas de destrucción masiva.

El “arquitecto” de esta denuncia a favor de la paz mundial, fue un colombiano. Mordechai, con formación pacifista y desilusionado con su trabajo, renunció para viajar como mochilero. Antes de irse, tomó fotografías a la planta nuclear ultrasecreta escondida en el desierto de Neguev en Dimona. En Australia se unió a un grupo antinuclear, donde hizo amistad con un periodista colombiano. Un artículo de la BBC mundo transcribe así el momento clave que desató el escándalo: “Un periodista “freelance” colombiano, Óscar Guerrero, miembro del grupo antinuclear lo convenció de que siguiera lo que le dictaba su conciencia: publicar las fotos junto con información detallada sobre la planta en Dimona”.

El 5 de octubre 1986 el diario británico “The Sunday Times” conmocionó al mundo al titular: “Las revelaciones secretas del arsenal nuclear judío”. Simultáneamente, Vanunu era secuestrado por el Mossad (policía secreta israelí) en Roma, previamente había sido víctima de una seductora trampa en Londres. Luego llevado a Israel y condenado en juicio sumarísimo a 18 años de aislamiento. Ya completa más de 24 privado de su libertad.

Hoy con la distinción a la Unión Europea (UE) con el Nobel que se decide en Oslo (los demás en Suecia), pareciera que la paz sólo está en la mano de los preparados para la guerra. Sus logros están aun lejos de anteriores premiados como Martin Luther King, la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela o el fundador de la Cruz Roja, Jean Henry Dunant, por citar algunos. Pero tampoco puede sorprender demasiado, si entre los ex nominados encontramos al dictador nazi Adolf Hitler, a Benito Mussolini y a Josef Stalin. Además lo recibió Henry Kissinger, en 1973, por romper un fracasado acuerdo de paz para poner fin a la guerra de Vietnam, a los que se une la sorprendente inclusión del italiano, Silvio Berlusconi.

En 1985 un grupo de médicos lo recibieron por crear conciencia de las consecuencias catastróficas de la guerra atómica. Aquí es donde encaja perfectamente un nombre como Vanunu. Por ello el Parlamento Europeo ha condenado el trato que Israel propinó a Mordechai y se ha referido al secuestro a manos del Mosad como violación flagrante de la soberanía italiana y el derecho internacional. En tanto la Universidad de Tromso, Noruega, en 2001 le otorgó un doctorado honoris causa.

Pero cuando Vanunu esté libre y seguramente lo premien con el Nobel de la Paz, en justicia debería recibirlo con Óscar Guerrero, el periodista nariñense (a quien he entrevistado varias veces), que hoy también paga las consecuencias en la clandestinidad, por miedo a un atentado del Mossad. Su gestión fue definitiva para detener la progresión de una inevitable guerra. Gunter Grass el poeta alemán premio Nobel de literatura, hace pocos días se refirió a Vanunu como un “héroe” y un “modelo”, en su poema “Un héroe de nuestros días”. “Él es un héroe, que esperaba servir a su país descubriendo la verdad”, escribió Grass.

Y al respecto del más importante Nobel 2012, en Francia, el diario Libération considera que "se requiere una desfachatez colosal para otorgar el premio Nobel de la Paz a la UE”. Reino Unido y Alemania, ven este Nobel como una ironía poco pertinente, en momentos en que Europa no es más que una "combinación de Estados en quiebra". "Buena idea, mal ganador", lanzó la revista alemana Der Spiegel. Y el popular diario londinense Daily Mail calificó el logro como: "El premio Nobel de la Paz a la idiotez".

Y como la paz inicia en nosotros, este bello documento video es un ingrediente para ello:



Apostilla: En lo local seguimos cada día peor. El proyecto Juegos Nacionales nunca arrancó como se concibió, ahora solo se busca cumplir por inercia o mero trámite, escondiendo verdades, maquillando realidades. La buena noticia es el voluntariado de Unicauca que desde el Observatorio Social gestionará el programa de Cultura Ciudadana y “Popayán como vamos”. Este último, para monitorear, evaluar y hacer control social a alcaldía, concejo, etc.

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