jueves, 13 de diciembre de 2012

¡Qué vergüenza...!


Por: Luís Barrera
Editor Proclama del Cauca

Al menos un año más podrían demorarse las obras de reconstrucción de los puentes volados por la insurgencia en la carretera panamericana sobre el río Piendamó y el río Ovejas en los meses de junio y agosto del año que termina.

Lo anterior se desprende de la respuesta que la Agencia Nacional de Infraestructura ANI, le dio al consejo gremial y empresarial del Cauca, atendiendo un clamor del gremio y todos los estamentos caucanos a las preocupaciones expresadas por el inexistente proceso de reconstrucción luego de los atentados terroristas.

Realmente no entendemos cómo la reparación de estos sitios claves para la movilidad de tan importante carretera internacional se pueda demorar tanto a sabiendas que no sufrieron daños estructurales y todo se reduzca a una respuesta de trámite jurídico, pero que demuestra total inmovilismo y vergüenza para la región.

Lejos de condenar los hechos terroristas y de comprobar la falta de gestión de las autoridades responsables no es justo por decir lo menos que quienes transitan esta vía vital para la economía del suroccidente colombiano lo tengan que hacer en una trocha adjunta a la vía.

Queda demostrado en este caso la casi nula gestión gubernamental seccional para exigir soluciones pues esta poca atención a dos boquetes en este tramo carreteable es una evidencia más de la ineficiencia del Estado y el poco compromiso de la iniciativa privada en materia de concesiones viales, porque sabemos que el problema no es de la falta de recursos porque son generosos los recaudos por el cobro de peajes en esta malla vial.

Con ejemplos como este casi inaudito pero que nos pasa a los caucanos, es probable que el Estado siga siendo la instancia más ineficiente del país. Parece que hubiera sido diseñado por sabios pero sin resultados para que gestione el poder político, garantice la convivencia, la seguridad y la justicia, para fomentar la paz y el orden y para que luche contra las grandes lacras de la humanidad: desigualdad, pobreza, injusticia, incultura, diferencias lacerantes entre ricos y pobres, etc.

Sin embargo, cuando se establece un balance justo y preciso, se concluye que el Estado colombiano aún fracasa en algunas de sus misiones y se descubre que, en lugar de eliminar los problemas regionales y garantizar la convivencia, la movilidad y los grandes valores, ha concentrado su esfuerzo en fortalecerse a sí mismo y en dominar centralizadamente las decisiones claves, someter y, muchas veces, en obstaculizar a los mismos ciudadanos que lo han creado con su paquidermia e inoperancia. Sin solucionar con prontitud y eficiencia sus mínimos requerimientos e incumpliendo compromisos con respuestas desmoralizadoras.

En manos de políticos ineptos y muchas veces corruptos, el Estado para no herir susceptibilidades o prejuzgar es este tema de la malla vial es un monumento a la ineficacia y a la injusticia de un departamento que como el Cauca reclama a gritos soluciones prontas, reformas urgentes y drásticas.

Para muchos ciudadanos conscientes y libres del Cauca, el Estado, para no citar instancias gubernamentales, es injusto, voraz recaudador, ineficiente, egoísta, rencoroso, arbitrario y violento, es ya su peor pesadilla y empieza a ser visto también como el peor enemigo que lo deja a la merced de los violentos que deben estar muertos de la risotada por el daño hecho.

Por culpa de algunos funcionarios indolentes y lentos, el Estado, pues, al no estar orientado a su propio cliente, que son los usuarios de la vía para este caso, es incapaz de compensar o equilibrar siquiera el coste con el valor final. Puede privatizar o concesionar tanto como quiera su gestión, pero llegará un momento en el que necesitará usar de su fuerza para retroalimentarse usando fuentes indirectas (impuestos, sobretasas, peajes o creando deuda).

La gestión del Estado, directa o indirecta, no puede garantizar empresas económicamente sanas. El Estado se basa en el constante derroche, y de él, sólo emana déficit e ineficiencia y es por eso que entrega a particulares la creación, mejoramiento, conservación y explotación de las obras en las vías en el modelo de las asociaciones público – privadas que no le están dando el mejor trato a un departamento que merece respeto y atención a una petición que según los propios ingenieros caucanos consultados es de poca monta.

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