Por: Luis Barrera
El miércoles 12 de diciembre, el arzobispo de Popayán, monseñor Iván Antonio Marín López, ordenará 5 nuevos sacerdotes para la arquidiócesis caucana, a quienes el máximo jerarca de la Iglesia Católica en esta región del suroccidente colombiano, les reiterará que deben ser ejemplo de vida, honrados colaboradores y lleven a cabo su ministerio con responsabilidad y compromiso.
Arcángel |
Los nuevos sacerdotes “cero kilómetros” cubren en parte el déficit que tiene la Arquidiócesis de Popayán en cuanto a vocaciones. Los presbíteros a ordenarse serán: Robert Andrés Pito Montero, Arcángel Acosta Izquierdo, Diego Germán Medina Bolaños, Víctor Humberto Arboleda Carambas y José Luis Martínez.
Diego Germán |
En la misma ceremonia en la Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, de Popayán, recibirán la ordenación diaconal los acólitos Edgar Mauricio Jiménez Ararat, Sebastián Alberto Barrera Saavedra y Esmid Ortega Mondragón.
Se tiene previsto que para el 15 de Diciembre en la Iglesia Catedral de Belalcázar al oriente caucano, será instituido como nuevo acólito, Ely Ernesto Rojas Piñacué, quien termina estudios como seminarista.
José Luis |
La Iglesia Católica caucana estará de fiesta en tiempo de adviento y nuevamente la catedral Basílica será testigo de la ordenación de estos cinco nuevos sacerdotes y tres diáconos. Los formadores del Seminario Mayor de San José de Popayán expresaron que la confirmación de la vocación y su labor pastoral es motivo de alegría de una iglesia que renueva su fe a través de las vocaciones.
Robert |
El padre rector del centro formativo sacerdotal Jorge Ignacio Beltrán anunció que “el Santo Padre Benedicto XVI ha afirmado que la espiritualidad sacerdotal es eminentemente eucarística. La semilla de esta espiritualidad se puede encontrar en las palabras que el señor obispo pronuncia en la liturgia de la ordenación: "Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor”.
Víctor |
Acompañarán a los nuevos presbíteros sus padres, familiares y allegados. Para el sacerdote diocesano Diego Armando Tejada Jaramillo, de la parroquia de Lerma en Bolívar, “el don del sacerdocio otorgado por el Señor a un hijo es una bendición especial de Dios para toda la familia del ordenado. Es una expresión patente del amor de Dios hacia toda la familia que pide una respuesta coherente de amor al Señor y a los hermanos. Las familias católicas son el mejor seminario para las vocaciones sacerdotales y los padres cristianos han de pedir al Señor que, si lo desea, llame a un hijo suyo para ser sacerdote.”
Por su parte el padre Tomás Garzón Marín de la pastoral vocacional sostuvo que “es esencial para una vida espiritual que se desarrolla a través del ejercicio del ministerio que el sacerdote renueve continuamente y profundice cada vez más la conciencia de ser ministro de Jesucristo. Se trata de un servicio que pide al sacerdote una vida espiritual intensa, rica de aquellas cualidades y virtudes que son típicas de la persona que "preside" y "guía" una comunidad; del pastor en el sentido más noble y rico de la palabra: como la fidelidad, la coherencia, la firmeza doctrinal en las cosas esenciales, la libertad sobre los puntos de vista subjetivos, el desprendimiento personal, la paciencia, el gusto por el esfuerzo diario, la confianza en la acción escondida de la gracia que se manifiesta en los sencillos y los pobres”.
PROCLAMA al clero caucano expresa de igual manera su complacencia por esta especial ceremonia en la que serán consagrados al servicio del orden sacerdotal y de la Arquidiócesis estos jóvenes presbíteros y diáconos, quienes muy seguramente por la excelsa formación filosófica y teológica recibida en el Seminario Mayor de San José en Popayán, estarán cada día en contacto con la santidad de Dios, les va a exigir trabajar responsable y ardorosamente por ser santos y buenos siervos de Dios.
Nos unimos a las oraciones por sus próximas labores pastorales porque sabemos que un sacerdote que no aspire diaria y responsablemente a ser santo, que no coopere activamente con la gracia recibida en el Sacramento del Orden y con aquella que el Señor diariamente le da, poco servirá para edificar la iglesia y la evangelización en las comunidades caucanas.
Recordamos las palabras del nuevo cardenal colombiano monseñor Rubén Salazar Gómez, cuando señala que “Cristo necesita hoy sacerdotes maduros, castos, capaces de cultivar una auténtica paternidad espiritual. La Iglesia necesita sacerdotes santos y santificadores. Sólo así serán testigos creíbles y promotores de este caminar de conversión y entrega entre sus hermanos.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario