martes, 20 de noviembre de 2012

Las oportunidades apremian, en Santander de Quilichao


Por Alfonso J. Luna Geller

Aparte de los resultados de los XIX Juegos Nacionales, que otra vez autenticaron las fortalezas de Antioquia, Valle del Cauca y Bogotá en materia deportiva, Santander de Quilichao durante esas dos semanas, también se colgó su medalla de oro en civismo e interés por lo público, pues estrenando estadio de atletismo se desplegó radiante como un pueblo amable, optimista y convencido de que porta las herramientas y capacidades necesarias para aprovechar las oportunidades que se le brindan.

En esos días fue muy agradable ver el multicolor desfile de paisanos y turistas acercándose a los escenarios deportivos para contagiarse de la euforia colectiva. Las lomas de Belén y Mandivá, se llenaron de caras alegres y entusiastas animando a esos audaces ciclistas que desafiaban los peligros con una habilidad tal que cruzar la meta incólumes, ya les hacía merecedores del máximo galardón: los nutridos aplausos que la gente les brindaba; los días siguientes, disfrutando de la prodigiosa intrepidez de otros muchachos (también damas y varones) que después de nadar muchos metros sobre los lagos de los Andes Glof Club, agarraban sus bicicletas para continuar la competencia por las calles de la ciudad y al fin, terminar extenuados después de largo trecho de carrera a pie; una prueba que se me hizo, para super-atletas. Y la última semana nos encontramos todos en el imponente estadio, donde hubo que poner graderías adicionales porque el diseño original para más de 1.800 personas fue insuficiente; llegaron muchachos de todas las instituciones educativas, autoridades administrativas locales, regionales y nacionales, políticos y empresarios, periodistas de toda parte y gente de todos los matices, que desde tempranas horas hasta el anochecer de esos días, se deleitaban con las geniales peripecias de atletas venidos de todo el país para imponer marcas en velocidad, vallas, obstáculos, relevos, saltos, marchas, maratón, impulsión de bala, lanzamientos (martillo, disco y jabalina), todo el mundo con una sola consigna: proclamarle al mundo que el deporte en Santander de Quilichao se había convertido en una de las mejores maneras para promover la integración, la solidaridad, el civismo y hasta la disciplina social.

Haber sido sub-sede de los Juegos Nacionales fue una gran lección. Quedaron los escenarios como legado, pero más importante, que Santander de Quilichao sí es una ciudad con proyección decidida hacia un verdadero desarrollo social que impone retos ineludibles a quienes asumieron las responsabilidades de la administración pública y su conducción política. Eso sí, deberán desplegar el máximo talento, creatividad, compromiso y gestión incansable para aprovechar las oportunidades. Esquivarlas, desdeñarlas o aplazarlas sería muestra de irresponsabilidad, grave daño que causarían sus dirigentes a una sociedad que ha demostrado confianza en su futuro.

La educación será la base de toda la infraestructura en la que se sustenta el progreso social. Aquí han hecho valiosos aportes la empresa privada al donar el los terrenos para el Campus Universitario de la Universidad del Valle; la gobernación cedió los terrenos convenientes para lo propio de la Universidad del Cauca, se acaba de inaugurar el mega-colegio Fernández Guerra, la Universidad Tecnológica de Comfacauca ha puesto un punto alto en la formación de la juventud con excelente formación y adicionalmente, se preparan proyectos y recursos para otros sectores del desarrollo social como la construcción de un hospital de alta complejidad, la terminal de transportes, y hablando de deportes, el aprovechamiento efectivo de los escenarios deportivos que hoy nos enorgullecen para que sea la juventud quilichagueña de nuestro presente, la protagonista de su propio futuro.

El reto está planteado, alcanzar la meta es forzosa obligación de quienes asumieron los compromisos con la comunidad. Es un desafío ambicioso que sólo la convicción, el amor por Quilichao y la acción decidida y sin vacilaciones de todos los sectores sociales, son la fuerza capaz de impulsarnos a cumplir tal objetivo. Claro que para alcanzar ese éxito, cada uno tiene que poner los ingredientes esenciales: trabajo duro, talento, perseverancia y decisión en pro de alcanzar el objetivo, lo cual exige abandonar conductas de obstaculización y que todos seamos proactivos en las soluciones, creativos en el cuidado de los entornos y enfocados en alcanzar los enormes resultados que puede tener la suma de todos los esfuerzos.

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