Marco
Antonio Valencia Calle
1. -Y entonces se volvió más poético llorar por las bombas de la
Franja de Gaza y los ciudadanos de Tel Aviv que por las bombas que les caen a
los campesinos del Cauca masacrados, perseguidos, arruinados, envilecidos y
asaltados por la violencia que campea en uno de los departamentos más pobres y
arruinados por la guerra en la geografía colombiana.
2. -Todos lloran por los palestinos. El mundo los defiende, y eso
está bien. Pero a nadie en el mundo, ni a los propios colombianos, les
interesan las miles de familias de luto en el Cauca, los cientos de niños que
se quedaron sin escuelas, las decenas de personas mutiladas y asesinadas, las
hectáreas de sembrados echados a perder, los cientos y cientos de desplazados
por los tiros de media docena de actores armados en el Cauca.
3. Lloremos por Palestina. Es más bonito. ¿A quién se le puede
ocurrir llorar por los animalitos masacrados, por los niños huérfanos, por las
mujeres violadas, por los secuestrados, por el conflicto armado que hay en el
Cauca?, ¿A quién por Dios, se le va a ocurrir llorar por los bombardeos, los
asesinatos, los atracos en el Cauca? No, frescos… eso no tiene prensa, todos
vamos a llorar por Gaza, por Israel, porque es más más poético, más
internacional, más chic, está de moda...
4. -Por el dolor y la tragedia de los palestinos, lloremos todos.
Por los “hermanos palestinos”, “por los hermanos de Israel”. Por esos seres
humanos que ni conocemos, ni sabemos en el mapa donde ubicarlos, ni por qué los
bombardean, ni entendemos su historia, ni su idioma, ni sus formas de pensar,
no importan, son víctimas, lloremos por ellos. Y digamos “pobres palestinos”
¡Qué tragedia, qué dolor!
5.- A ver, colombianos en coro y en fila: escribamos cartas,
hagamos cadenas de oración, lloremos frente a las pantallas de televisión, arrodillados
y con los ojos aguados por el conflicto palestino-israelita. A ver, todos en
fila india con cara de tragedia escribiendo mensajes por las redes sociales,
hagamos conciertos de paz por las guerras foráneas. Vamos… eso está bien, está
de moda, no les dé pena. Qué importa que al mismo tiempo, a la misma hora, se
estén bombardeando puentes, escuelas y alcaldías en el Cauca, qué importa que
policías y civiles sean asesinados por azar. Nada, eso no está de moda
lamentar. Uno entiende que de tanto llorar por Gaza las lágrimas ya no alcanzan
para los pobres indios, negros y campesinos del Cauca. Al fin, es un
departamentico de gente pobre, con el más alto índice desempleo del país, sin
voceros. No pasa nada. Frescos.
6. -Que toda barbarie hay que lamentarla. Si, es cierto. ¿Pero la
brutalidad de lo que ocurre en el Cauca quién la entiende?, ¿quién la conoce, a
quién le importa? No nada, el Cauca queda en otro planeta. No tiene prensa
internacional. Sigamos llorando por una guerra de extraños, de países lejanos
de gente desconocida con idioma desconocido. Vamos, vamos que está de moda. Si
a los pobres caucanitos no los llora ni la Madre Patria… ¿por qué los tienen
que llorar los hermanos colombianos? Mejor, llorad por Palestina, ese conflicto
que sufrís, entendés, conocés y padecés.
Marco Antonio Valencia Calle
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