viernes, 4 de enero de 2013

EL DOLOR DE UN PADRE [Léase: las malditas balas perdidas]


CREPITACIONES 2013

Por: Lic. Javier Enrique Dorado Medina
Correo electrónico: jaendor70@hotmail.com
Twitter: javiergolden_

Confieso sinceramente que, después de la fatídica muerte de mi santa madre por las Farc, no me había sentido tan abruptamente conmocionado en mi ser interior, al contemplar por Tv las tristes imágenes del señor José Vicente Britel, al conocer la noticia de la muerte de su bella hija Alison Britel Sánchez, de apenas 11 años de edad, por culpa de una maldita bala perdida, que un desadaptado social, disparó al aire en la noche del pasado 31 de diciembre de 2012, dizque para "celebrar" la llegada de un nuevo año.

Las declaraciones angustiosas del mencionado padre de familia, sus rictus de dolor, sus lágrimas, su semblante descompuesto, se convirtieron en el símbolo de una tragedia nacional, que enlutó el comienzo del nuevo año e hizo cimbrar los sentimientos de padres y madres de familia, quienes nos sentíamos incrédulos, perplejos y tristes por la dimensión de lo acontecido a una niña feliz en vida, quien disfrutaba de unas merecidas vacaciones y encontró la muerte de esa manera tan cruel.

Ahora la familia Britel quedó sola y demasiado triste sin la presencia de su ángel y cuando regrese a Bogotá, el tormento será peor. Dicen por allí que no hay peor tortura en esta vida que, las muertes violentas de nuestros padres y de nuestros hijos y lo corroboro por mi propia experiencia, ahora imagínense ustedes cómo se sentirá el papá de Alison.

Algo también para comentar es que nuestros niños y niñas están siendo asesinados tanto por balas perdidas, como por otras causas. Es hora de poner fin a tanta tragedia nacional con leyes bien fuertes.

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