jueves, 3 de enero de 2013

ARTE, INSONDABLE LEVEDAD DEL SER


Rodrigo Valencia Q
Especial para Proclama del Cauca

“Qué es el ente”, dibujo de Rodrigo Valencia Q

Puede que el arte sea memoria personal y colectiva; no necesariamente desde la perspectiva histórico-social. El ámbito de la memoria es complejo, y la verdadera historia, creo, no es historiografía con sus datos, fechas y lugares comunes, sino historia íntima del Ser, esa que indaga en lo olvidado, es decir, en la verdadera forma-luz-conciencia de nosotros mismos, “porque el ser es lo más olvidado y al mismo tiempo el recuerdo interiorizante” (Heidegger). Recobrar la memoria es, al mismo tiempo, recobrarse a sí mismo, actualizar el espacio interno que se ha hecho desconocedor de sí mismo en un ámbito exteriorizante que barre el saber primordial.

Tomo el arte como postulado subjetivo, según mi poca naturaleza personal; desmemoriado, ahistórico, apolítico; sin registro del evento colectivo local, nacional, continental o mundial. Es trabajar dentro de un “tiempo perdido”, indagar las raíces del espíritu, del ego indescifrado, verdadera esencia y patrimonio universal del hombre, memoria ajena al compromiso utilitarista y “realista” de la vida. Es decir, lo espiritual-primordial, tal vez, evidentemente, asunto sin consecuencias fundamentales para el “otro”, ese transeúnte espectador que no acompaña la vivencia espiritual ni cultura personal de otro. Arte desde la memoria y la imaginación pura —si es posible—, sin exigencias ni razones objetivas; desde la existencia, en busca de cierto eslabón perdido que nos falta para re-estructurarnos como conciencia reencontrada, lejos de cualquier otra motivación.

Esta aventura personal, íntima, es arte para mí; sin la presión de las cosas que se tornan yectas al contacto con el mundo y su manoseo, confusas y sin bautismo estructural, lejanas en cuanto a su falta de identidad, toscas en cuanto a su alienante rigor esclavizante. Postular un arte tal, si existe, es hacer señalamientos en torno a lo “otro” desconocido, eso que en nosotros está enmascarado, ubicuo en la insondable “levedad del Ser”. Muy seguramente se puede acusar esto de solipsismo inútil, a lo cual acudo con una cita de Oscar Wilde: “Todo arte es completamente inútil”.

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