Reinel Gutiérrez
En una remota época en la ciudad blanca, pura y casta que es Popayán,
existió en la calle doce, cerca del centro, no lejos del Palacio Arzobispal, la
Gobernación y la Alcaldía, la denominada zona de tolerancia.
Es decir, el espacio destinado para los malabares de la diversión
enmarcados en el licor y el sexo, como existe en toda urbe que se respete.
Por ese lugar pasaron muchas generaciones de hombres que
realizaron sus experimentos iniciales, y que les quedó agradando para hacerlos
de manera reiterada.
La doce fue entonces, estigmatizada como la calle del pecado, o
sea sitio para intensas emociones, gritos, escándalos y peleas.
Las autoridades conjuntamente con la Santa Madre Iglesia Católica y
Apostólica estudiaron el fenómeno, y coincidieron en que no era conveniente
permitir por mas tiempo ese "zafarrancho" constante, y menos en la
ciudad que realiza la mejor Semana Santa, y que por lo tanto la convierte en
sagrada.
Entonces en los años sesenta el alcalde por decreto determinó
erradicar esa zona, y las trabajadoras sexuales, debieron salir despavoridas,
aunque no estaban de acuerdo con la estricta medida. La idea era que se fueran
para lugares distantes al perímetro de las procesiones, y en consecuencia se
situaron en el Alto de Cauca, Rioblanco y en la parte occidental conocida como
Chuni. En este ultimo sitio, una vez comenzó el ajetreo de borrachos, mujeres
semidesnudas en la calle, escándalos, peleas, música a alto volumen, la
comunidad no estuvo de acuerdo, y por iniciativa de la Junta de Acción Comunal
que tenia radio de acción en los barrios San José, La Sombrilla, y Chuni,
organizó un operativo comunitario, y una noche por la fuerza desalojaron las
casas de cita que se habían instalado allí. En esa acción muchos actos íntimos
debieron suspenderse, los clientes ebrios no sabían que hacer, y las divertidas
damas debieron tomar sus "chiros" para irse a otro sitio. En ese sentido
los moradores de esa parte de la ciudad evitaron que allí funcionara la zona de
tolerancia, lo que no ocurrió en el norte.
Muchos estarán interesados en la historia patria, en la sagrada,
pero también es bueno hacer recuento de la historia prohibida, la de aquellas
"niñas", que si existen deben ser octogenarias, o habrán fallecido.
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