Por Alfonso J. Luna Geller
Recorriendo estos pueblos
nortecaucanos son muchas las ocasiones en que uno tiene la oportunidad de
maravillarse viendo la actividad juvenil y su actitud frente a la vida y al
futuro, radicalmente opuestas a los talantes de ciertos dirigentes que languidecen
de manera terca en la burocracia inocua o en la politiquería inicua, que son
los principales medios de subsistencia y enriquecimiento que tiene el Cauca; otros,
en los negocios ilícitos o en el conflicto armado, espurias opciones para
quienes no tuvieron acceso por marginación o exclusión.
El patrocinio al emprendimiento
juvenil, a la innovación y la creatividad, a la independencia económica y
laboral, el apoyo institucional a iniciativas empresariales que no pertenezcan
al gran sector bancario, industrial o comercial, el impulso a la industria
cultural y la financiación de proyectos culturales, el incentivo al sector
deportivo de alto rendimiento y al que está en formación, no aparecen en los
presupuestos oficiales o si aparecen, no se aplican porque siempre será primero
“lo urgente” y luego, al final, si algo queda, “lo importante”, sumado a que tampoco
hay quien exija la llamada responsabilidad social empresarial como debe ser.
Y uno se maravilla de ver a
los jóvenes nortecaucanos porque a pesar de lo anterior, del escenario de
guerra donde se forman, con tantas páginas perversas escritas en nuestra
historia regional por caducos dirigentes, constituyen un “ejército” de buena
voluntad que escribe otro testimonio de vida y destino; son admirables talentos
que casi no se ven porque no han sido prioridad para gobernantes ni para los
medios de comunicación, que generalmente registran con fruición y sensacionalismo
catástrofes, accidentes, crímenes, adulterios y enredos políticos, porque
también son cosas “urgentes”.
Esta semana nuestros
muchachos de Caloto y Puerto Tejada fueron los encargados de dar inicio en Cali
al Festival de Música del Pacífico con "El Petronito", donde
compartieron lo que han cultivado en las modalidades de marimba, violines
caucanos, chirimía y fusión. En Villa Rica organizaron el Festival Afro-Arte,
un gran despliegue cultural que traspasó fronteras en tres días de intenso
sabor donde la tambora, la marimba, el cununo, el guasá y otros instrumentos
propios de la cultura afro, pusieron a bailar a todos los espectadores sin
distinción política ni racial. En Miranda inauguraron la escuela de formación
deportiva del club Atlético Nacional. En Santander de Quilichao más de mil adolescentes
en 72 equipos de fútbol de casi todos los municipios del norte del Cauca, culminaron
felices el primer torneo de Escuelas de Formación Deportiva. Y ni para qué
insistir en los jóvenes deportistas que integran la Selección Cauca que
participará en los Juegos Deportivos Nacionales; forman un “ejército” de paz que
transmite la mayor jovialidad, entusiasmo y camaradería.
Antier, otros nortecaucanos
demostraron que el deporte y la cultura son las principales armas contra la
violencia y el crimen: se coronaron campeones de juegos intercolegiados en
medio de más de 500 deportistas, alumnos de la institución educativa Ana Silena
Arroyabe de Puerto Tejada, las chicas del María Auxiliadora de Buenos Aires, otros
del Leopoldo Pizarro de Miranda; los estudiantes del Escipión Jaramillo de
Caloto y los de Cerro Alto, de Caldono, y este fin de mes Miranda se prepara
para celebrar la Fiesta Intercultural Miranda 2012, donde la juventud humilde,
pujante y trabajadora, celebrará hasta el 2 de septiembre un festival interétnico
nortecaucano por la paz.
Además, la juventud ha
adquirido un rol protagónico en la política y en el campo social, confirmando que
no solo los adultos están "preparados" para dirigir la sociedad. Ser
joven debe dejar de ser una condición de marginación, exclusión y subordinación
impuesta por su edad. Su marcha por la conquista del futuro es inexorable por
su capacidad para la construcción de sueños y utopías, el cuestionamiento de
modelos fracasados y la propuesta de nuevas cosas con alegría, optimismo y
vitalidad. A los jóvenes hay que apoyarlos en su liderazgo para que puedan auto-representarse
en los espacios de decisión sin intermediarios y así la sociedad funcione bien.
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