CREPITACIONES 2012
POR LIC. JAVIER ENRIQUE DORADO
MEDINA
Correo
electrónico: jaendor70@hotmail.com
Antes de entrar directamente al grano, como se dice en el lenguaje
coloquial y para los fines de la presente columna de opinión, quiero compartir
con ustedes, amables lectores, una anécdota que me ocurrió ya hace más de 30
años, (cómo pasa su majestad el tiempo, Dios mío), cuando en mi pueblo natal,
Bolívar, Cauca, era corresponsal del periódico Proyección del Cauca, dirigido
por mi colega Oscar García López.
Sucedió que algunos campesinos de la región, me informaron que los
policías del pueblo, en sus rondas cotidianas, les decomisaban los machetes o
peinillas, recién comprados en los almacenes del mismo, para usarlos en sus
labores agropecuarias, mostrándome las correspondientes facturas, aduciendo y
con razón, que se sentían perjudicados, porque eran personas de bien, incluso,
a algunos de ellos, yo los conocía personalmente. Acto seguido, como era una
información comprobada, escribí el correspondiente informe en el periódico. A
los pocos días, hubo un accidente de tránsito, cerca al pueblo, con heridos y muertos
y tal como era mi trabajo periodístico, para tener la información de primera
mano, me acerqué al cuartel de la policía y la respuesta del agente encargado,
me dejó frío y pensativo: “señor, no podemos darle la información, porque
estamos ocupados decomisando machetes…”. Imagínense ustedes mi estupor e
incredulidad. Ante su negativa y reproche injustificado, me tocó ir a la
alcaldía, a buscar la información.
La anterior anécdota viene como anillo al dedo, a propósito de las
palabras del primer mandatario de los colombianos, durante la clausura de la
Asamblea anual de Confecámaras, realizada hace días en Cartagena, cuando se
refirió a los medios de comunicación y la “trascendencia mediática que les dan
a los diferentes grupos armados ilegales y sus acciones”, dizque para “
fortalecerlos”, como si los medios y los periodistas, se prestaran
voluntariamente para colaborar con esos grupos, o peor aún, fueran sus
cómplices indirectos, para ganar puntos o aumentar el famoso rating de
sintonía. Pero lo que dijo después, sí que fue una verdadera embarrada o metida
de pata bien grande como de aquí a la Patagonia: “si no existieran los medios de
comunicación, no existiera el terrorismo”, es decir, le echa el agua caliente a
los medios de comunicación, en su función primordial de informar lo que sucede
en materia de inseguridad, un tema en el cual está perdiendo el año, o sea que
ya encontró el chivo expiatorio preciso para endilgarle las fallas de seguridad
de su gobierno.
Como es lógico suponer, el señor presidente con sus increíbles
declaraciones, ya prendió el mechero en los medios de comunicación y no hay
derecho a que los periodistas nos sintamos tratados de semejante manera, por el
solo hecho de informar la realidad colombiana.
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