domingo, 19 de agosto de 2012

¿Dónde está el secretario?


Por FABIO ARÉVALO ROSERO MD*

Hace un tiempo le consulté a Isabelle Lesens (líder programa bicicleta-ciudad en París) sobre la extensión de ciclorrutas en París. Me contestó que era irrelevante, que lo importante era haber logrado que los usuarios de la bicicleta pudieran compartir la calzada con los autobuses sin mayores riesgos. Excepcional logro de convivencia, producto de una gran visión y voluntad política.

Las experiencias del mundo en movilidad no motorizada, demuestran que es irresponsable hacer que la gente se transporte en bicicleta mientras no se hayan establecido generosas políticas de seguridad, acompañamiento y educación ciudadana. En lo local los riesgos son elevados, ya que no hay compromiso serio de promover los modos de movilidad alternativa.

Lo acontecido con el gravísimo accidente del joven Armando Burbano en una prueba ciclista organizada por la alcaldía, demuestra la falta de compromiso con estas alternativas saludables. El asunto no es de poca monta, es una tragedia familiar inducida o casi “provocada” por quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de los deportistas.

Si bien el peso recae sobre el alcalde, este delega en sus funcionarios la correspondiente responsabilidad. En este caso sobre el secretario de Tránsito, quien tenía la obligación de organizar milimétricamente la logística coordinando a la policía, la Cruz Roja, bomberos y demás entidades de salvaguardia. Debilidades de autoridad, compromiso, competencia y previsión llevarían a semejante desastre.

No es de extrañarse, el funcionario es el mismo que en un informe aparece reportado por infracción de tránsito con multa que al parecer, no pagó y por algo grave: exceso de velocidad. Es el mismo responsable del caos provocado durante una etapa en Popayán de la Vuelta a Colombia. Es el mismo que promovió, respaldó y defendió el injusto incremento a las tarifas de transporte urbano; un servicio indigno y pésimo. Es el mismo que cree en zonas azules centrales para inducir más tráfico y caos de movilidad.

El mismo que expide un discriminatorio decreto otorgando privilegios de movilidad al alcalde, concejales, gobernador, diputados y otros funcionarios. (Después exigimos cultura ciudadana, cuando ni siquiera hay interés por dar ejemplo. La cultura ciudadana es asunto de liderazgo inspirador). Es el mismo a quien poco o nada le importan peatones y ciclistas ya que todos los días debemos arriesgar nuestras vidas en el espacio público, a falta de medidas básicas de protección y acompañamiento.

A pesar de todo el secretario de Tránsito no debe renunciar, debería ser destituido fulminantemente. Alguien debe asumir una mínima responsabilidad, frente a semejante tragedia, que a lo mejor poco le importa. Pero como estos funcionarios, creen que están para que los sirvan y no para servir a la gente, se impondrá su arrogancia, indolencia y soberbia sobre el interés colectivo. Ni siquiera es consciente que por su cuenta expondría al alcalde a un desgastante trámite de revocatoria de mandato.

Se administra con autoridad, competencia y buen ejemplo. ¿Alguien conoce al secretario de Tránsito? ¿Quién lo respalda? ¿Por qué no hay una iniciativa de trámite de moción de censura en el concejo? ¿Están cómodos con él? Y sobre todo, ¿Dónde está el secretario?

Apostilla: Librándonos de estos funcionarios y mejorando una administración podemos imaginarnos una ciudad en paz, veámoslo aquí:

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