CARLOS E. CAÑAR SARRIA
Aunque aún no se cierra
definitivamente el caso, la libertad del ex diputado del Valle, Sigifredo López
reconforta los ánimos de muchos que atinadamente pensamos que no tenía ningún rigor
lógico que una persona se auto secuestrara por varios años, renunciara a su familia y a la sociedad- y lo más
inverosímil- facilitara la actitud criminal de acabar con las vidas de sus
colegas de la Asamblea y de cautiverio. Unas circunstancias como las expuestas
rompen con el sentido común. La Fiscalía argumentó tener “pruebas reinas” para
privar de la libertad a Sigifredo López y para adelantar las investigaciones y
acusar al ex diputado; sin embargo esa pruebas se fueron desestimando hasta que
tocó que ordenar la libertad del hombre que de manera estoica ha soportado dos
privaciones arbitrarias de la libertad, una por las Farc y la otra por el
Estado. El fiscal Montealegre anunció inicialmente que el resultado de las
investigaciones “estremecerían al país”; y de verdad que lo estremecieron, no
por constatarse todo lo anunciado, sino por la injusticia que se cometió contra
Sigifredo López y su familia.
A pesar de los resultados de los
estudios del FBI sobre una de las “pruebas reinas” de la Fiscalía en contra de Sigifredo
López que prácticamente descartaron las hipótesis, la Fiscalía insistió
valiéndose del recurso de acceder a testigos que a la postre resultaron falsos
positivos.
Razón tienen los filósofos
liberales de la Ilustración, John Locke y Juan Jacobo Rousseau al advertir que
la libertad es la base de todo, es decir la esencia humana. Es derecho de la
libertad descansa sobre el derecho a la vida, pero vida sin libertad es
precisamente nada. El Estado liberal es un Estado democrático y éste necesariamente
debe ser un Estado de Derecho.
Lo ocurrido a Sigifredo López por
responsabilidad de la Fiscalía es una afrenta a la democracia, al Estado de
Derecho, a la Justicia, a los derechos de la humanidad y a los deberes de las
personas. Sócrates está en lo cierto al estimar que un Estado sin Justicia es
un gran robo. El Estado le suspendió y conculcó la libertad a Sigifredo López. Se
habla de indemnizaciones millonarias que tendremos que pagar con impuestos
todos los colombianos. Plata que debiera destinarse a inversión social.
Aunque Sigifredo López no
arremete echándole la culpa al Fiscal Montealegre, de quien dijo que tuvo la
entereza de reconocer el error, pensamos que Montealegre queda muy mal parado
en su insipiente labor. La confianza y la legitimidad de las investigaciones de
la Fiscalía quedan en entredicho y dejan muy mal precedente. Cualquiera puede
pensar en cuántos inocentes estarán en la cárcel de manera injusta. Sigifredo
López, quien demuestra ser un hombre mesurado, argumentativo, discreto,
respetuoso, sin odios ni rencores, anunció que se dedicaría a trabajar por las
personas víctimas de la injusticia de la Justicia. Fallas estructurales en la
Justicia, no sólo producen miedo, sino terror. Hay que hacer algo para evitar
abusos y desencantos.
es verdad, la fiscalia a cuantas personas tiene presas sin causa justificada?
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