Fotografías: David Luna
Destinadas al abandono total por parte de los responsables de su mantenimiento se encuentran las carreteras del departamento del Cauca.
Como una sociedad que no merece la atención del gobierno central de Bogotá, ni de Popayán (aunque es muy valiosa cualquier día de elecciones), es tratada la comunidad caucana por un centralismo discriminatorio que no permite ver las necesidades urgentes de las regiones. La carretera panamericana en su paso por el Cauca (puentes sobre los ríos Ovejas y Piendamó) es una vergüenza a la que no le ha parado bolas nadie después de seis meses de haber ocurrido daños en su infraestructura.
Pero si eso ocurre con la principal vía de este país, ¿qué puede esperarse de las vías secundarias y terciarias?
Este es el aspecto que desde hace muchos años presenta la vía de Jamundí o Santander de Quilichao – Suárez. Tampoco tiene dolientes, como casi todos los males que padece el Cauca.
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