Por Alfonso Luna Geller
Fotografías: David Luna
Siempre he escuchado decir que “familia que canta unida, permanece unida” y está comprobado. En Santander de Quilichao, por ejemplo, ya es famosa “La Bandola de los Medina”, una agrupación musical integrada por abuelos, hijos y nietos, en la que el amor a las tradiciones culturales los une, generalmente para disfrutarlas en familia, pero muchas veces para propagar, más allá de su hogar, el rico legado de nuestra música colombiana.
La familia Medina Mosquera es de origen campesino, procede de don Nabor Medina, de 87 años, quilichagueño apegado al campo hasta hace poco, cuando en sus labores agropecuarias sufrió la fractura de su fémur, que lo obligó a volver juicioso a su hogar urbano, otra vez como músico congénito; y doña Ana María Mosquera, de las tradicionales familias de Caldono, también municipio nortecaucano abundante en folclor musical.
Aunque la Bandola está integrada por 10 músicos, es el profesor Rockefeller Medina Mosquera, el vocero del grupo musical, quien ha sido el guía durante estos últimos años y el referente para esta reseña periodística. Los demás integrantes son José Rubiel Delgadillo (jubilado), Nabor Medina Torres (87 años, el abuelo), Ana María Mosquera (la abuela), Nabor Medina Mosquera (abogado); Edgar Alfonso Medina (ingeniero eléctrico), Orián Medina, Cesar Augusto Medina Mosquera (ingeniero mecánico), Esteban Otero Medina (estudiante de la Escuela Nacional de Deporte), Yordy Medina Rodríguez y Elián Medina Naranjo (estudiantes de bachillerato). Todos, portadores de una cultura autóctona que transmiten a través de instrumentos típicos como la bandola andina colombiana, tiple, timbales, tamboras, bongó, cununo y guacharacas, además del bajo eléctrico que Rockefeller hace sonar magistralmente.
Desde pequeños, los hijos comenzaron a escuchar lo que hacían sus padres y siguieron el camino abonado por sus antecesores, dando lugar a una agrupación típica que, además de amenizar fiestas y veladas culturales, disfrutan ofreciendo funciones musicales o conciertos al aire libre, en el parque principal de Santander de Quilichao, principalmente. Para la familia Medina Mosquera, la música es mucho más que simples sonidos y armonías, es una gama de conocimientos, comportamientos y actitudes, implica muchas cosas que inclusive, crea patrones que pueden marcar a un joven en su etapa de descubrimiento de la vida o de por vida. Por esta razón, Rockefeller Medina, además de participar en su grupo musical familiar, creó el taller cultural de música folclórica “Jatun Runa”, proyecto extracurricular para uso del tiempo libre de los muchachos, cuyo objetivo es darle elementos culturales a 35 niños que actualmente lo integran, “para que se formen buenas personas… Ahora en navidad salimos a amenizar las novenas de navidad en parroquias, barrios, entidades públicas y privadas, promocionando la unidad familiar”, nos confiesa Rockefeller, quien además explica que “Jatun Runa” es un vocablo quechua que significa “la grandeza del hombre”.
Nabor Medina Mosquera - Nabor Medina Torres |
Bambucos, pasillos, rumba criolla, marchas (antes era un ritmo mejicano que poco a poco fue adaptado al folclor colombiano) son la especialidad de “La Bandola de los Medina” que, como lo recrea Rockefeller, tiene una historia muy antigua… Cuando don Nabor Medina Torres tenía 22 años (hace, entonces, 65 años), creó un grupo con sus hermanos Asnoraldo, Ciro y Astul, que fue exitoso por una larga temporada; infortunadamente se desintegró cuando mataron a Lalo, en plena época de la “Violencia”. “Papa se dedicó entonces a la agricultura y a la familia… Hace tres o cuatro años empezamos a coger la bandola de nuevo… Nabor fue recordando melodías, yo lo acompañaba con la guitarra y a medida que iba recordando más canciones mis hermanos se fueron interesando por acompañarnos, nos íbamos integrando; progresivamente fuimos asignando a cada uno un instrumento (tambor, redoblante, maracas, clave, etc.), luego le metimos timbales y comenzaron a integrarse los nietos… Empezamos a hacerlo como una terapia familiar a raíz del accidente que tuvo mi papá y que lo dejó lisiado de una pierna por lo cual no pudo volver al campo. La música fue un acompañamiento a sus dolencias, además porque todos los domingos nos reuníamos para disfrutar las recetas de comida de mamá; pero después fueron llegando las presentaciones familiares en Armenia, Popayán, Santander, luego nos salimos de las casas y decidimos también compartir lo que sabemos con las demás personas en retretas al parque, bajo nuestros propios recursos familiares…” comenta con deleite Rockefeller. El año pasado en Caloto, con motivo de la realización del Concurso de Música Campesina “Gonzalo Vergara” les hicieron un reconocimiento por ser grupo paradigma de la unidad familiar.
Nabor Medina - José Rubiel Delgadillo |
Al ser consultado sobre cómo se hace para aprender y llegar a la fama musical como ellos, Medina Mosquera nos expuso que “la música además de que es una cuestión genética también se aprende a la sombra o sea viendo a los viejos tocar; la música es una bendición de Dios que nos ha permitido integrarnos como familia y compartir con el resto de la sociedad; nosotros soñamos y trabajamos para consolidar el grupo familiar, difundir la música tradicional poco difundida en las emisoras, servir de ejemplo a otras familias para que se integren en actividades como esta, no solo en torno a la música sino en torno a otras expresiones culturales que conducen a mayor unidad familiar” insiste Medina Mosquera.
La tradición parece estar asegurada, ya los nietos decidieron orientar, o por lo menos, ser ejemplo para su propia generación. Y las mujeres del grupo familiar, María Eugenia, Lucelly, Socorro y Nancy se están preparando para montar la coreografía del grupo. Mejor dicho, todos juntos en torno al talento familiar Medina Mosquera.
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