lunes, 17 de diciembre de 2012

EL CIERRE DE UN PERIÓDICO


MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

Se respira tragedia en el ambiente cultural y periodístico del Cauca. El diario El Liberal, después de 74 años de servicio a la comunidad, ha cerrado sus puertas. Su última edición, del sábado 15 de diciembre explica en su editorial que por razones económicas, no puede seguir circulando. Que los empresarios de la región y la gente del común no pautaban lo suficiente y que venían trabajando a pérdida.

Y aunque ya los ciudadanos habíamos escuchado hablar de la crisis, siempre pensamos que sus socios y responsables administrativos, realizarían alguna maniobra para evitar su cierre definitivo. Pero nada. El periódico cerró.

Cuando se muere un periódico, es igual o peor que cuando se mueren los pájaros del bosque, todo es silencio, oscuridad, miedoso y sospechoso. Cuando se cierra un periódico después de 74 años de circulación diaria, es como si se secara el río por donde navega la vida, y nadan todos los seres fabulosos de la naturaleza.

El Liberal, como todos los periódicos de provincia, de ciudades intermedias del país, tiene la particularidad de albergar en cada página la historia, las imágenes, y los grandes debates que acontecieron mientras la gente avanzaba hacia nuevas eras y nuevas etapas de la vida.

En las páginas de éste periódico vamos a encontrar también, la opinión de una serie de columnistas que a la altura de sus circunstancias, nos mostraron la cotidianidad, pero también el pensamiento y las ideas sociales y políticas que circulaban entre la gente.

Un periódico de tantos años es ya una institución cultural. Su cierre no solo afecta a colaboradores, empleados y suscriptores, sino a toda la región porque es fiel reflejo de que algo muy malo está pasando con la sociedad y la economía caucana. No por nada deber ser que, por estos días, tanto el gobernador como el alcalde de Popayán, sean presentados ante el país como los mandatarios con los índices más bajos de popularidad por ineficientes; y de la misma manera que nombren al Cauca como uno de los departamentos más pobres y atrasados de Colombia, y que publiquen en Bogotá que la ciudad con más desempleo, desplazamiento y miseria sea Popayán.

Este cierre es simbólico. La prensa no calla, y menos los periodistas en ninguna parte del mundo. Pero lo cierto, es que este cierre es un síntoma de lo mal que está económicamente el Cauca, sus empresas y sus clase dirigente. Y si cerró una empresa que era símbolo, rostro y emblema de una ciudad como Popayán, ¿qué les espera a las demás?

Marco Antonio Valencia Calle
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