lunes, 26 de noviembre de 2012

Del fallo y las fallas

CARLOS E. CAÑAR SARRIA

El fallo de La Haya emitido en esta temporada, prácticamente amargó el diciembre a los colombianos. Algo inusual, un sentimiento de nacionalismo abriga a la población. Se buscan salidas entre acatar o no la decisión de la Corte Internacional de Justicia, encargada de velar por la solución pacífica de conflictos y evitar las confrontaciones armadas para dirimir las diferencias. Después del fallo, “expertos” aparecen por todos lados midiendo causas y efectos y pesando responsabilidades. Que las hay las hay pero no se le puede achacar toda la responsabilidad al actual gobierno, como muchos vienen haciendo en los medios de comunicación y en las redes sociales.
En la etapa de litigio con Nicaragua están comprometidos tres gobiernos en once años. Bernardo Vela, director del Observatorio de Análisis de Sistemas Internacionales del Externado, al respecto, se expresa: “Debe ser muy duro para el gobierno Santos tener que afrontar el impacto del fallo, sobre todo porque poco y nada tuvo que ver con el resultado final. En tiempos recientes, el Estado colombiano cometió errores graves que explican en alguna medida la sentencia. Uno de ellos consistió en desconocer la competencia de la Corte el día antes de que Nicaragua interpusiera la demanda. La estrategia de defensa se equivocó también al considerar que el Tratado Esguerra-Bárcenas (1928) era un tratado de límites y que el Meridiano 82 era la línea limítrofe. Este tipo de tratados suelen ser mucho más pormenorizados y contienen un gran articulado con la demarcación detallada y basada en accidentes geográficos y convenciones”.
Desacatar el fallo es una posibilidad que generaría muchos inconvenientes al país, lo que significa que lo deseable es que se agoten otras instancias jurídicas que demuestren las inconsistencias de La Haya que según expertos, es algo también difícil porque al reconocer el error, pesaría sobre la Corte la falta de legitimidad de sus fallos y en adelante tendría que acarrear con su desprestigio. Si Colombia posee los argumentos legales para desconocer el fallo debe apelar donde corresponda para exigir su soberanía. De lo contrario, tendríamos que irnos preparando para aceptar dolorosamente esta tragedia nacional, como nos correspondió en otros momentos aciagos como por ejemplo, el caso de Panamá y Los Monjes.


Sin quitarle responsabilidad a Santos, los más responsables en el manejo del litigio con Nicaragua son Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, este último, en pose patriotera está exhortando el desacato del fallo, que lo condujo a San Andrés para promover una manifestación pública con los isleños. Acto también criticado al ex mandatario porque existen pruebas históricas en las que le garantizó al gobierno de Nicaragua, que acataría el fallo.
Colombia es un Estado Social de Derecho, como tal respetuosa del Derecho Internacional. Sin argumentos legales, no podría entonces, desconocer los dictámenes de unos jueces internacionales por dolorosos que sean sus contenidos.

Coletilla: Nos solidarizamos con el colega columnista, Santiago Zambrano Simmonds, otra víctima de la inseguridad ciudadana, que gracias a Dios hoy está con vida.

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