lunes, 6 de agosto de 2012

PERIODISMO OBJETIVO


Reinel Gutiérrez

Lograr la imparcialidad total en el sistema informativo es imposible, como también lo es, que haya absoluta libertad de expresión, si se tiene en cuenta que las sociedades poseen diversidad de intereses.

En Colombia no es permitido decir todo lo que hacen las fuerzas militares, y tampoco lo que realiza la guerrilla. Soltar la noticia de lo que contiene la caja negra de un avión militar que cayó en territorio caucano, no es algo divertido, pues el gobierno debe tener mucho cuidado para no ceder puntos a la subversión, los que sí debe ganar el Estado.

Ante esto el periodista está limitado, y solo debe atenerse a un informe oficial, que nunca se sabe qué tipo de verdad maneja. Hace mucho tiempo que a los medios de comunicación se les prohibió cubrir acciones de la guerrilla, o dar crédito a boletines que provengan de esos sectores. Las organizaciones sociales es poco o nulo el acceso que tienen a los medios, porque suministran información no conveniente para el estamento.

Para controlar mejor la información, se crearon secretarías de prensa, en las cuales tampoco se rinde culto a la realidad, pues el objetivo de esas dependencias es entregar una información optimista, y bien maquillada, que deje en alto la imagen de los funcionarios. Son como "salas de belleza", para manejar la debida presentación del estamento gubernamental, cuidándolo de errores.

Para muestra no un botón, sino una cremallera completa: la corrupción en Colombia es ya una cotidianidad, y forma parte del comportamiento de los responsables de la administración pública. Ninguna oficina de prensa auto-reconoce los desfalcos, "serruchos" y demás que se presentan, pues eso solo se sabe cuando algún organismo investigativo empieza una pesquisa. De haber un verdadero proceso de objetividad, en los "boletines rosa" o "risa" mejor, debiera incluirse lo bueno, lo malo y lo feo del gobernante.

Un verdadero periodista debe estar atento a los hechos que ocurran para cumplir la misión de informarlos sin ninguna tendencia, preferencia o amor hacia alguien, salvo el afecto a la libertad de información.

Un periodista imparcial, inclusive debe ser frío, pues no ha de dejarse llevar por las emociones que los acontecimientos provocan, porque su pasión solo ha de ser la de informar. Inclusive no debería ni lamentar ciertas cosas que ocurren, porque su materia prima es la noticia, sea cual fuere, de desgracia, de esperanza, de acierto, progreso, o de atraso. Lo importante es que sucedan hechos para editar un periódico, una página virtual, o transmitir un noticiero de radio y televisión. Ser imparcial y objetivo no es fácil.

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