Diógenes Díaz Carabalí
Honorable Concejal.
Estamos aquí, en América, usted y yo. Mis antepasados eran
africanos. Corrían libres por los bosques y las llanuras de África Occidental,
el continente que dio origen a la humanidad, lo que quiere decir que todas las
razas venimos de allá, cuando peor que animales fuimos cazados y traídos a
América para esclavizarnos. Igualmente, sus antepasados, fueron sacados de las
cárceles y las mazmorras españolas, donde pagaban sus crímenes, porque la
corona no podía alimentarlos, para que conquistaran y arrasaran a los naturales
de esta tierra. De pronto Usted es descendiente de una violación a una India,
hecha por alguien de su tronco familiar.
Le digo lo anterior porque desconocer nuestras raíces nos hace
creer de mejor familia. Por eso en un desatino has comparado el desorden de su
entidad con una merienda de negros, que entre otras cosas ni idea tiene de cómo
hacemos nuestras meriendas. Debería ir, por ejemplo, a Itaibe, ubicado al otro
lado del río Páez. Se dará cuenta cómo son nuestras fiestas: diversión,
comparsas, danzas, comida, chirrincho, música, porque algo que nos caracteriza
es la música, y por ello, hoy, tenemos bailando a todo el mundo. O no me diga
que no le gusta la Salsa, el Vallenato, la Cumbia, el Porro, el Mapalé, incluso
el Bambuco, el Sanjuanero, el Rok and roll, el Son… con tanta alegría, con
tanta paz. Y puede ir a la costa del Pacífico, a Cartagena, al Cesar, a
Córdoba, al Chocó, para que veas cómo nos la gozamos, con los índices más bajos
de violencia porque ante todo somos los seres más pacíficos del mundo.
Somos, por lo demás, excelentes deportistas. Hemos puesto el
nombre de Colombia en alto. En el mundo reconocen nuestra patria por los logros
que nuestros co-raciales han conseguido. Basta que mire por un momento las
medallas conseguidas en los actuales olímpicos. Son los Ortiz, los Carabalí,
los Asprilla, los Valderrama, los Ibarra, los Ibarguen, los Alvear, los
Figueroa quienes han emocionado hasta las lágrimas a este país. Y en la
intelectualidad son tantos los ejemplos. Una lista, en una breve carta, pasaría
por injusto al dejar nombres por fuera. Solo mencionarle al más grande: Manuel
Zapata Olivella.
El concejal Jorge Durán Silva y el exdiputado antioqueño Rodrigo Mesa. - http://www.elespectador.com |
Como es una vergüenza su afirmación, igual a muchas de quienes
sienten sangre azul en sus venas, basta decirte que te perdono. De pronto tu
madre te asustaba diciéndote que si no te estabas quieto venía y te llevaba un
negro. Entonces tu afirmación salió del inconsciente, pero no por eso dejas de merecer
tu castigo y repudio general. Lo importante es que compartimos esta tierra,
este suelo, esta patria. Usted como líder debería fijarse la meta de cómo
podemos convivir en la diferencia, cómo compartir este suelo, esta tierra, esta
patria que tiene posibilidades para todos. Todos podemos contribuir a su
desarrollo. Todos podemos tener iguales oportunidades.
Por lo demás conozco muchas blancas casadas con negros, o negras
casadas con blancos, y son las parejas más felices, ellas son tratadas con la
mejor consideración, ellos son los más queridos y felices. A propósito: ¿Has
revisado tu pasado familiar a ver si no se ha colado un negro en tus raíces? Esos
crespos que exhibes y esas anchas fosas nasales pueden venir de hasta de una
aventura, pues muchas blancas sueñan con tener sexo con un negro. Muchas veces
las apariencias nos engañan, y las abuelas, como ahora, eran caprichosas.
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