La destrucción de los ventanales de vidrio del colegio Instituto Técnico, el ataque a transeúntes, saqueo a establecimientos comerciales, destrucción de zonas verdes del parque Francisco de Paula Santander, estropicio de paredes públicas y privadas, asonada contra la fuerza pública en el barrio Nisa donde resultó herido un policía, agresión con ácido que fue lanzado contra la cara y pechos de una jovencita en el corregimiento de Mondomo, heridos con armas blancas y bolsas de agua cargadas con piedras, y hasta un asesinato motivado por el robo de una motocicleta, fueron los signos inquietantes de la violencia que sometió a los quilichagueños de los dos últimos días de carnavales permitidos por la alcaldía municipal de Santander.
Por el simple afán de destruir, de causar daño, de entorpecer la convivencia urbana e interrumpir la vida normal de los ciudadanos, grupos de vándalos hicieron de las suyas los días 6 y 7 de enero, con la disculpa de los carnavales de blancos y negros que tradicionalmente se celebran en esta ciudad. Este año la depredación fue mayor dejando por el suelo nuevamente la imagen de Santander de Quilichao ante propios y turistas.
La violencia soterrada se presentó en diferentes sitios de la población pero especialmente en el parque principal, con acciones que fueron consideradas por los vecinos de este sector como hechos delictivos y que como tales solicitaron a las autoridades que deben ser tratados. Pero también son signos de una nueva cultura de violencia urbana que merece respuestas más globales por parte del Estado y la sociedad.
Alcaldía Municipal de Santander de Quilichao |
De acuerdo con la versión del médico Fernando Zúñiga, coordinador de urgencias del Hospital Francisco de Paula Santander, se atendieron aproximadamente 95 heridos por diferentes causas durante los días citados, además de haber atendido en horas de la noche del 6 de enero a la señorita Nancy Stella Ibarra, residente en la vereda Cascabel, quien fue atacada en el sector de la galería del corregimiento de Mondomo por un sujeto, aún sin identificar, que le arrojó un ácido ocasionándole quemaduras en el rostro, cuello y tórax, así como lesiones severas en un ojo, que obligaron a su remisión a un tercer nivel de atención en el hospital San José de Popayán. Se supo por otra parte, que en esta institución se atendió a un individuo que resultó accidentado cuando trataba de huir en una moto que minutos antes se había robado, causándole la muerte, con arma de fuego, a su propietario, el señor Fabiel Castillo Ñañez, quien había sido interceptado por el delincuente en el kilómetro 69+70 de la vía panamericana, vereda Alegría, de Santander de Quilichao.
Voceros cívicos quilichagueños pidieron a Proclama del Cauca la denuncia pública de estos hechos vandálicos y de violencia que vienen ocurriendo en esta ciudad para que el gobierno municipal asuma sus responsabilidades y cumpla con la Ley y la Constitucional Nacional que disponen que son ellas las encargadas y responsables de garantizar la seguridad ciudadana y el ejercicio pleno de todos los derechos, que este fin de semana nuevamente se vieron vulnerados sin que las autoridades pudieran ejercer eficazmente la obligación adquirida.
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