jueves, 10 de enero de 2013

LA NUEVA HISTORIA PATRIA


Reinel Gutiérrez

En la construcción de la historia patria de Colombia, ser de una ideología distinta a la imperante representa un gran peligro, y eso lo pueden decir sectores como los trabajadores, los estudiantes, las organizaciones femeninas y de derechos humanos, que han visto mermada su actividad al producirse la muerte de los principales líderes.

Una política dura y trágica se ha aplicado en nuestra amada patria, y es eliminar la cabeza, que así el resto de la culebra se aquieta.

Han existido movimientos que se marginaron de la ley para optar por la fuerza y tratar de conseguir un cambio, lo cual no lograron, por lo tanto aceptaron los procesos de paz.

Para que un desmovilizado pueda sobrevivir, tiene que unirse al sistema político y gubernamental imperante al cual combatía, porque si persiste en su rebeldía, tampoco por el sistema electoral va a encontrar el poder.

Es de imaginarse la fuerza que podría haber tomado un exguerrillero como Carlos Pizarro si lo dejan avanzar. O también un Bernardo Jaramillo, un Jaime Pardo, o mucho antes un Jorge Eliecer Gaitán.

Pero la suerte del izquierdista no es muy buena, porque otro exguerrillero que aceptó no disparar más porque el código dice que es delito y la Iglesia que es pecado, se acogió por las buenas a lo que ofrecía el gobierno, es Gustavo Petro y ahora se le quiere revocar el mandato.

Teniendo en cuenta esto, los futuros desmovilizados, tampoco van a llegar al congreso, ni a la presidencia, porque es más fácil dispararles en una cafetería, ya que en las montañas resulta imposible hacerlo.

Esta es la nueva historia que elabora nuestra patria, cuyo territorio permanece anegado de sangre, donde la gente muere por atentado, por mala atención médica, desnutrición etc.

Solamente queda acoger una esperanza de que todo cambiará, y que cese la intolerancia, pues la mala mirada entre dos taxistas ya ocasiona una pelea, una lucha entre marido y mujer altera todo un barrio, las pandillas de jóvenes se enfrentan a machete y piedra, y el borracho despica una botella para agredir a su compadre.

Los subversivos que se integren a la sociedad deben hacer pactos con los altos jefes de la derecha si quieren seguir respirando porque si insisten en hablar de igualdad y combatir injusticias les va mal. Si se portan mansos tendrán ministerios, secretarías, rectorías de universidades, alcaldías, etc.

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