Rodrigo Valencia Q
Especial para Proclama
del Cauca
Imagen
tomada de internet
Preciosa, prodigiosa pintura, dama retratada por Leonardo de Vinci.
Si no recuerdo mal, han discutido los entendidos acerca de su verdadera
autoría. Para mí, verdaderamente un Leonardo. El color se compenetra con cierta
profundidad atmosférica palpable; ella nos mira con decisión; y esa joya en la
frente me recuerda inteligencia. Tal vez se trata de un retrato de Lucrezia
Crivelli, dicen, amante de Ludovico El Moro. No deja de ejercer una fascinación
esa mirada; invita a una minuciosa contemplación atemporal; tiene el fervor que
las mujeres dejan en uno, cuando la adoración por lo bello ha cimentado un
templo en el corazón, que crece o se justifica con los años, si la madurez permite
volver a la inocencia, cuando se quiere poseer toda la verdad, acariciar tanto
la sencillez como la profundidad, la certeza y el sabor intrínseco de las
cosas.
Claroscuro perfecto, grato espejo de probabilidades definitorias
de la luz. De edad que no importa, ella es joven, con la madurez del sol; su
semblante no deja dudas: es hermoso sin extravagancias, con la naturalidad
redonda de natura, espejo de delicada brillantez. La luz se regocija en ella,
ha palpado ese cuerpo y rostro de intensa y pura sensualidad, ha coloreado esa
piel que parece respirar. Acompasado ritmo, tranquilo tono, albor fresco. Nadie
vendrá si ella no invita con esos ojos eternos, que parecen decir: “Tus ojos
morirán, los míos no”. Situación de privilegio que nadie alcanza si no es por
mediación del genio, ese espíritu capaz de ver más allá del hoy, del ayer, del
mañana.
¿Qué piensas, qué meditas, “belle ferroniere”, asomada desde esa
oscuridad? No distingo entre pinceladas y realidad; tu imagen impone una
grandeza superior a todo plan. El vigor de tu presencia no necesita más razones;
has superado todo especular; la persistencia de tu magia deslumbra, tus
vestidos exquisitos nos dan la semblanza de la dignidad, tu historia es la
entidad perfecta que nació con tu retrato. Allí, en esa ventana o lo que sea,
quedó tu marca con la filigrana del ser y la belleza.
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