jueves, 6 de diciembre de 2012

Vida


Por Athemay Sterling Acosta, Atenas Grecia, verano de 1999

1
Salió corriendo con sus semillas y flores hechas polen
En el mismo momento cuando la mirla le cantó al oído
Que la parca aprovechaba para cortar el hilo de su amén
Mientras la otra hilaba junto a la que devanaba como nido

2
Pues siempre son trinidad longeva en todo el Mar Egeo
Nunca han podido subir a la Acrópolis pues les gana el saber
De mirlas marinas que por Rodas pasan cuando vienen de torcer
Hilo que también desde el Pireo a Plakas es siempre ateo

3
Por eso Heráclito al eterno renacer tenía como su demiurgo
A estas mirlas mas no palomas que sobre el mar siempre caían
Mientras Mirlas con patas y alas del Egeo trasladaban el musgo
Donde a las tres caducas Parcas le decían que ellas nada traían

4
Demócrito ahí con Leucipo ya le habían cambiado todas las olas
Las tres ancianitas ellas mismas se ahogaban en oleaje todo ajeno
De las mismas aguas del Egeo que ya otras eran en nuevas mareas
Así siempre Naturaleza pensamiento y sociedad eran otro terreno.

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