FABIO
ARÉVALO ROSERO MD
Siempre hay más felicidad en dar que en recibir. Para la ONU la
felicidad debe ser política pública de todos los países, máxime cuando en el
Siglo XXI se intenta superar el paradigma del éxito simple. La felicidad no es
un golpe de suerte, es una necesidad humana vital y el principal propósito de
la vida. De allí la necesidad de darle connotación pragmática como un asunto de
Estado, cuyo mejor ejemplo en el mundo lo tiene Bután, el pequeño país que se
ha puesto como meta hacer felices a sus habitantes.
También hay movimientos internacionales que buscan que la gente
sea feliz y hurgue más en sí mismo. Especialmente cuando en esta sociedad de
las apariencias muchos ponen más interés en hacer creer a los demás que son
felices, que en tratar de serlo. Y hay que iniciar por lo que decía Sartre:
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace”. Eso
demostraría que la felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende
de lo que tenemos, sino de lo que somos.
Mario Chamorro es un joven colombiano que emigró a EU con el
propósito de hacer maestría en una prestigiosa universidad. Después de muchos
malabares, ingresa a la Columbia University en Nueva York. Logra sostenerse con
pequeños trabajos, pero se le detecta un cáncer. En medio de la depresión que
lo agobiaba, un día acompañado de una amiga en un bar, decide mirar a la gente
a su alrededor y preguntarse si tenían algún motivo para ser felices. Como
cargaba unos “post it” (papel de colores adhesivo) y marcadores, toma la
valiente decisión de repartirlos preguntándoles ¿Qué lo hace feliz? La
respuesta fue increíble, las personas estaban felices de expresarlo, Mario
recibe los mensajes que fueron coleccionados en una especie de cartelera de
manera estética y expresiva. Allí nació lo que hoy se conoce como el “Happy
post project”, movimiento mundial por la felicidad legítima.
Hoy Mario es un líder internacional exitoso y se considera feliz;
él mismo cuenta: “Entre los trabajos que tuve para llegar a donde estoy,
estacioné carros, serví de mesero, vendí celulares y hasta di clases de salsa
en Nueva York. He conocido hasta ex presidentes de EEUU y Premios Nobel con
quienes he dado discursos frente a miles de personas”. Es frecuentemente
invitado a diversos países para compartir su propuesta para hacer feliz a la
gente, como fue el caso, cuando el alcalde de Tokio lo invitó después de
ocurrido el tsunami. Igualmente ha sido seleccionado para presentar varias
conferencias TED, evento reservado a grandes celebridades mundiales.
Con su apoyo y autorización, dentro del programa “Popayán cómo
vamos”, con el grupo del voluntariado de la Universidad del Cauca, hemos
iniciado el “Happy post project”. En algunos sitios estratégicos de la ciudad
encontrará a un grupo de jóvenes que le entregarán un “post it” para que deje
un corto mensaje sobre “Qué lo hace feliz”. Insumo esencial en la estrategia de
investigación social que hemos emprendido en varios frentes. Demostraremos
además, que los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a
la felicidad.
Apostilla: Me ha hecho muy feliz haber
servido a tantas personas a través de la exitosa gala que realizamos el pasado
29 de noviembre en el Teatro Valencia. Fue un acto de paz, de convivencia, de
igualdad, de mucha salud con un gran saldo pedagógico. Fue un éxito sin
precedentes, arriba de lo previsto. Impecable el artista Billy Pontoni. Expreso
gratitud infinita a mi equipo y a nuestros patrocinadores. Seguiremos adelante.
Y como estamos en diciembre, es hora de disfrutarlo compartiendo la felicidad
con solidaridad, como en esta hermosa historia:
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