martes, 25 de diciembre de 2012

DE NATILLA CON POLÍTICA…


Marco Antonio Valencia Calle

El error de Uribe fue rodearse de tecnócratas inferiores a sus responsabilidades, lagartos lisonjeros con el jefe, pero que jamás entraron en sintonía con las políticas sociales que el pueblo esperaba de un gobierno al que le confió ocho años de poder. Personajillos que tuvieron una oportunidad para gobernar, pero lo único que hicieron fue lucrarse y enlodar el nombre del jefe del Estado en las más absurdas y descalificadas acciones. Personajes mediocres, delincuentes de lo peorcito.

Y si Juan Manuel Santos de verdad quiere sentar precedentes diferenciales con Uribe, tiene que armar al gobierno de auditores calificados para vigilar a sus funcionarios, que son en últimas los que ponen la cara y trabajan con la gente en el día a día. La Contraloría y la Procuraduría en el Gobierno de Santos, no pueden ser convidadas de piedra. Tienen que ser protagonistas de primera para encarcelar y sancionar de manera ejemplar a los indelicados con los bienes públicos. Pero no solo eso, este gobierno debe legislar, así sea por la vía de un decreto ley, si los honorables legisladores se hacen los de la vista gorda, para erradicar la peor de todas las desgracias que tenemos: la corrupción. Y más, el zar anticorrupción no puede seguir siendo un decorado más del palacio de Nariño. Que se vea, que funcione con fuerza.

Ahora bien, el colombiano promedio está acostumbrado a denigrar de sus mandatarios por deporte, y a pensar que todo lo que ocurra o no, en el cuatrienio de un presidente es culpa suya. Un error craso, una tradición equivocada. Es cierto que las políticas de un gobierno perfilan la cotidianidad de un pueblo, pero mucho de lo que ocurre en la periferia, e incluso en el mismo palacio, es ignorado por el presidente. Es decir, que cada cosa en su lugar porque no podemos continuar con la crítica fácil y gratuita. Hay que criticar con fundamento, con responsabilidad, de acuerdo con los hechos. Culpar al culpable, y es en esa medida en que Santos tendrá una segunda oportunidad para gobernar.

Por demás, tenemos que educar al ciudadano común en cuanto a responsabilidad política se refiere. Es un imperativo entender que del trabajo, del esfuerzo y el optimismo de cada uno de nosotros como colombianos, depende la suerte de la nación. Un Presidente, por estadista que sea, solo no puede. El asunto es de todos.

El fin de año, trae esperanzas nuevas. Deseos de cambio y mejores días. Pues bien, si todos nos sintonizamos con el gobierno para apoyar y criticarlo en su justa medida, iremos mejorando.

Nota: Feliz año nuevo para todos.

Marco Antonio Valencia Calle
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